En el suf también tenemos nuestro particular olimpo atemporal, y está claro que la pareja que ha protagonizado esta semana, Kelly Slater y Pipeline, ocupa un puesto de honor.

Por un lado, por más piscinas que se construyan o slabs que sean descubiertos, Pipeline es y será el spot de todos los surfistas. Es una ola bella, agresiva aunque armoniosa, perfecta, inaccesible para la mayoría y, sobre todo, capaz de ofrecer la mejor cara del otro gran elemento divino que se escapa al deterioro del tiempo:  el barrel.

Un tubazo de hoy seguirá siendo un tubazo dentro de 10 años. Estamos seguros.

Basta con ver una peli de surf de hace un par de décadas en la que los giros, los aéreos e incluso la estética resulta desfasada a ojos de las nuevas generaciones. No obstante, no ocurre lo mismo con un buen barrel, el momento más mágico y ansiado para cualquier surfista, algo que trasciende modas y generaciones. 

Tal vez dentro de 20 años los aéreos hayan pasado de moda, ¿¡quién sabe?! Aunque dudemos de eso, de lo que sí estamos seguros es que un buen tubo va a seguir siendo el motor espiritual y la búsqueda de todo surfista que se precie.

Y ahí es donde entra en juego el gran Kelly, un tipo a punto de cumplir 50 años que sigue siendo, con permiso de JJF, JOB y algún otro, el rey de Pipe. 

¿Por qué? No sólo por ser el mejor surfista de todos los tiempos, el más competitivo y tenaz o incluso el elegido por un Dios misterioso. Sino porque el barrel, a diferencia que una piscina de olas acrobáticas, que sí entraña la elasticidad de un cuerpo joven pudiendo llegar a hacer criba según la edad, premia la experiencia, el aplomo, la sangre fría, el valor y, sobre todo, la técnica adquirida tras años y años. Por eso, el arte de fluir dentro de un tubazo como si no se estuviese haciendo nada, básicamente levitar, está al alcance de muy pocos. 

Quien no esté de acuerdo, puede buscar en Youtube el mega tubazo de Michael Ho (64 años) hace unos días en Backdoor, quizás el mejor de su vida. ¿¡Qué otro deportista o faceta del deporte podría otorgarte tu gran momento a esa edad?!

…Y de entre todos, Kelly, que parece haber hecho un pacto silencioso con el foamball hawaiano, es el rey en el arte de no hacer nada. 

Con esta victoria, la mejor de su carrera según él mismo, Kelly nos ha demostrado a todos que la longevidad del surf al máximo nivel es una cuestión de cuidar el cuerpo y lograr una simbiosis perfecta con olas que no entienden de edades sino de ‘saber hacer’. 

Una vez más, que le pregunten a Derek Hynd (64), el master del finless, acerca de J-Bay, su particular tesoro sudafricano. 

Vamos, que al igual que los mitómanos tienen a Elvis, Marilyn Monroe o James Dean y otros siguen rindiendo culto a un coche y una guitarra de los 50’s, nosotros, los surfistas, hemos flipado y seguiremos flipando cuando le enseñemos a nuestros nietos cómo destacaba aquel ‘viejo (¿)’ entre tantos jóvenes en una ola intratable por la que tampoco pasa el tiempo.