El dragado serviría para incrementar el calado en la bocana de la ría para acceder al puerto deportivo de El Puntal, que de esa manera ampliará su capacidad.

El proyecto no es nuevo, sino que lleva anunciado hace mucho tiempo y ha supuesto años de lucha y rechazo por parte de las formaciones ecologistas y la comunidad surfera, que advierten que el dragado afectará a la calidad del agua, la flora, la fauna y por supuesto, a la calidad de la ola de Rodiles.

Al parecer, el PSOE retoma las pretenciones de Foro, que el año pasado, en un borrador que finalmente fue rechazado, incluía también la actuación en el puerto maliayo. El proyecto, promovido por la Dirección General de Obras Hidráulicas y Puertos, se divide en cuatro partes. El dragado sería la segunda de ellas, y se estima que se emplee un volumen total de 221.502 metros cúbicos, de los que 117.440 provendrán de la dársena y los 104.062 restantes del canal de acceso.

La Coordinadora Ecoloxista d’ Asturies pidió y solicitó al Principado en numerosas ocasiones que renunciase al dragado del puerto y a la ampliación de los atraques actuales para destinar esa inversión al saneamiento de Villaviciosa, que sufre graves deficiencias, pero su petición no llegó a nada, al igual que los esfuerzos de la Plataforma en Defensa del Litoral Asturiano, que reunieron a centenares de personas durante el pasado Festival de Surf reivindicativo.

Durante años, antes incluso de que los surfistas comenzaran a surfear las olas de Rodiles, los pescadores locales han atravesado el canal natural que forma la bocana de la ría entre la barra de arena y el acantilado. Surfistas, pescadores y navegantes del entorno se han respetado y cohabitado sin ningún problema y no han sido pocas las ocasiones en las que se han ayudado entre sí ante accidentes o situaciones peligrosas. El flujo de las aguas en la zona genera un canal de salida y entrada suficiente para las embarcaciones.

Lo más sorprendente es que en medio de un proceso de crisis económica como el actual se pretenda hacer un gasto considerable de dinero público para facilitar más atraques a los propietarios de embarcaciones deportivas, cuando éste no es una necesidad social.