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Una quilla puede ser igual de letal en Pipe, que en medio metro de cualquiera de nuestras playas
A estas alturas ya todos os habréis enterado del accidente sufrido por Dusty Payne en Backdoor, el cual casi le cuesta la vida al talento de Maui. Venía de pasarse un año casi en seco debido a una prolongada lesión de espalda que le hizo pasar por el quirófano. De hecho, tras su victoria en los triales de Pipe, declaraba lo feliz que se sentía de poder volver al agua sin dolores y cogiendo la forma poco a poco.
Está claro que Dusty está muy por encima del nivel que Backdoor exige. De hecho el tío es uno de esos super talentos que no ha acabado de demostrar todo lo que lleva dentro. Y en cierto modo, eso se debe un poco a la suerte y a las lesiones.
Pero en ese sentido Dusty no es el único. Recordad a Shea Lopez, hermano mayor de Cory, un talento portentoso que vio su carrera truncada a causa de varias lesiones que terminaron por apartarlo de la élite profesional. O Damien Hobgood, gemelo de CJ, cuya repercusión en el Tour es mucho más sólida que la de Shea pero que, sin embargo, no ha llegado a más a causa de esa mala suerte con la que se ha ido topando a lo largo del camino.
En cuanto a nuevas caras… ¿Os acordáis de Matt Banting? Otro genio que se ha pasado 017 en seco tras haberse clasificado para el ‘CT. Parece que poco a poco está de vuelta y con ganas de hacer los QS.
Dusty, Shea, Damo y Banting son sólo algunos ejemplos de lo que podríamos llamar ‘el gafe de las lesiones’. Sin embargo, si nos paramos a pensar detenidamente, no se debe culpar de todo al azar.
¿Se puede evitar ésto? Probablemente no. Lo que sí se podemos es limitar ese riesgo o tratar de minimizarlo a través de una serie de medidas que, a menudo, nos pasamos por el forro.
Siguiendo con el ejemplo de Backdoor y Pipe, un spot donde Bede Durbidge se partió la cadera, Leo Fioravanti la espalda, Malik Joeux perdió la vida y Evan Geiselman estuvo a puntito (sólo por poner algún ejemplo). ¿Acaso no resulta obvio el peligro que entraña? ¿Por qué no usar casco entonces? ¿Pura estética o miedo a salir en el Instagram de ‘Kook Of The Day’?
Salta a la vista que Pipe es mortífera y no sólo cuando está gigante. De hecho cuando rompe en el segundo o tercer reef, pese a ser bestial, la zona de impacto está más alejada y resulta ‘más segura’ que cuando el drop se haya directamente sobre el reef (plagado de cuevas y rocas a la vista, sobre todo en Backdoor). Recordad la imagen de Jeremy Flores venciendo en Teahupoo con casco. Y os aseguramos que Jeremy no es un ‘Kook’. Así que por algo sería.
Todas estas medidas de seguridad no sólo afectan a los que cogen olas masivas o poseen un nivel estratosférico. Una quilla puede ser igual de letal en Pipe que en medio metro de cualquiera de nuestras playas.
¿Cuántos de nosotros nos la jugamos a diario intentando maniobras que nos podrían insertar la punta de la tabla en un ojo o pasamos de los escarpines cuando nos vamos de viaje porque quedan mal con bañador? Es decir, no sirve de nada poner en tela de juicio la falta de seguridad de los pros cuando nosotros mismos nos la saltamos a la torera.
¿Irresponsabilidad? ¿Despiste? ¿Postureo?
El caso es que, sea como sea, los accidentes ocurren y no siempre son proporcionales a las circunstancias en las surfeamos. De modo que unos se hacen un pequeño corte que les chafa ligeramente las vacaciones y otros se parten la crisma bajándose el olón de turno que habría sido portada en cualquier revista.
Es lo que hay. Es lo que somos.
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