«¡Joder, como cuando nos fuimos de farra con Occy y Curren! Espera que te la cuento. Ésta es buenísima…»
Este tipo lleva surfeando surfeando casi desde que tú naciste y aún recuerda cuando en la playa, antes o después de que construyeran ese dichoso espigón, caían unos tubos cuadrados. Generalmente conserva como prueba un par de fotos medio borrosas hechas con una vieja cámara de carrete (no por postureo).
Este viejo local también recuerda aquellos míticos viajes al Lacanau Pro por carretera nacional. Unos viajes que se hacían tan largos que uno casi llegaba con jet-lag. …Y eso por no mencionar que eran 5 metidos en un Renault 9 más podre que los dientes de Barragán.
¡Ay, qué tiempos! Sin embargo no todo fue mejor. Antes les tocaba ir a la playa en tren o haciendo autostop, y eso sin tener la seguridad de acertar con los partes pues la única fuente de que se disponía era la sección del mar del periódico o ‘El Tiempo’ de Televisión Española.
De lo inicios… ¿Qué os podemos contar? O comenzaron con una tabla de cuarta mano o con una heredada y medio partida que ellos mismos repararon. Probablemente muchas de estas tablas hayan ido pasando de mano en mano y por eso no es raro que tengas la duda de si era realmente amarilla en un principio.
«Antes nos juntábamos todos siempre, y si había campeonato… Joder qué risas. ¡Birras y cigarros aliñados, ya sabes, de esos que dan la risa. ¡Joder, como cuando nos fuimos de farra con Occy y Curren! Espera que te la cuento. Ésta es buenísima…»
Bueno, está claro de qué personajes estamos hablando, ¿no? Vale, pues ahora tratad de imaginar los locales míticos del futuro, es decir, todos esos críos de 10-14 que hoy lo han cogido con tanto brío.
¿Os podéis hacer la idea de cómo será su movida? O, mejor dicho, ¿de cuánto distará con respecto a esos primeros ‘mentores’?
Nos hace hace gracia pensar en estos críos diciendo, «jolines, cuando me llevaba mi papá a la paya en monovolumen o furgo y el pobre se quedaba grabando e indicándome desde la orilla…» o, continuando con los inicios, «ah si, pues mi primera tabla tenía 18 L y refuerzos de carbono.»
En lo referente a primeros viajes… Las anécdotas de los locales del futuro distarán mucho de las farras etílicas en las que uno acaba sin pantalones y con el pelo en llamas y, más bien, recordarán esos primeros viajes de cuando iban a entrenar revisando esas viejas grabaciones hechas con Iphone o rescatando algún clip de aquella app tan chunga… ¿Cómo se llamaba? Ah sí, ¡Instagram!
Los locales del futuro contarán historietas a pie de playa luciendo abdominales y no una generosa panza forjada a base de años de levantamiento de caña y no podrán mentir acerca de si su playa funcionaba mejor antaño porque las webcams y los canales de Youtube habrán dejado constancia de todo eso.
Con respecto a las previs… También disminuirá radicalmente el número de lobos de mar y meteorólogos aficionados: consecuencias del Windguru y las cams (No hay que controlar mucho más). Y tampoco se rendirá culto a las viejas vídeos, pues las pelis de surf de larga duración habrán desaparecido hace dédacas dejándolo todo en mano de clips de usar y tirar.
En cuanto puntos de reunión de esta nueva vieja escuela… Todos a ver las olimpiadas, para ver si España pasa de cuartos o, como poco, un par de mangas. O también a ahorrar para ir con los colegas a una piscina en la que sale una izquierda bastante maja con una sección final buena para volar como los brasileños.