Si algo hemos aprendido de la situación que nos está tocando vivir, es que los números y las estadísticas son esenciales, pero bajo ellos existe un factor humano irremplazable y determinante.
Esta valiosa lección, aplicada a nuestro pequeño mundillo surfero, podría reflejarse en un símil en el que sus partes –marcas, audiencia, medios y riders- juegan su propio papel (crucial) con el fin de que reine el equilibrio y todo vaya bien.
Los medios
Vamos a empezar analizándonos a nosotros mismos.
Realmente creemos que los medios estamos para informar, entretener y compartir con nuestra comunidad la verdadera pasión que nos mantiene unidos. De nosotros depende enfocar la información de forma razonable, sensata, honesta y, si es posible, agradable y hasta con cierto toque de humor que en ocasiones nunca está de más.
Lo suyo sería poder servir de plataforma para daros a conocer nuevas caras, nuevos proyectos, ahondar de primera mano en los cimientos del mundillo entrevistando a toda la gente que contribuye a darle forma. Es decir, generar un contenido propio que nos diferencie a unos de otros como comunicadores independientes, en lugar de acabar convirtiéndonos en un copia-pega de notas de prensa redactadas con prisa o un clip editado en una tarde.
Naturalmente, y dado que todos los factores de esta ecuación están íntimamente relacionados, como la propagación del virus sin el jabón o la mascarilla, el correcto desarrollo de nuestra labor y la riqueza de contenidos depende del apoyo de las marcas, de la calidad del material provista por los surfitas y, en última instancia, de que vosotros, la audiencia, nos hagáis un poquito de caso.
Las marcas y los pros
Son la columna vertebral de la industria puesto que sin ellos no habría campeonatos, ‘teams’, vídeos, reports… Directamente no habría contenido.
En cuanto a las marcas… Está claro que dependen de vosotros -como audiencia- y de nosotros -como plataformas de comunicación- para que todos lleguemos a comulgar con su producto.
A la hora de seleccionar sus riders, deberían plantearse el no mirar sistemáticamente y tan de cerca las macro cifras y tener en cuenta otro tipo de cotizaciones a la alza como el carisma, el toque personal, la creatividad o el nivel de compromiso. Todos estos factores, unidos a una identidad de marca coherente, probablemente lograrían una empatía mayor con el público del que se nutren.
Obviamente los resultados y las cifras son un parámetro capital para todas las marcas. ¡Pero, señores de las marcas, no lo reduzcáis a eso!
Al margen de patrocinios, deberían tender a reforzar el medio del que se nutren, tanto lo que concierne a su comunicación y novedades (apostando por los medios de su sector) como la venta de producto (apoyando las tiendas). Esto daría pie a consolidar una comunidad más unida y mejor vertebrada.
Las personas tendemos a soñar con historias motivadoras protagonizadas por personas, no por números. Si lográis ver esto y sois capaces de apostar por ello, estamos seguros de que dicha empatía se traducirá en una mayor fidelidad por parte del público.
Y esas personas de las que hablamos son los pros.
A quienes intentéis llevar a cabo esta complicada tarea, os animamos a entrenar duro si lo que queréis es arrasar en competición. ¡Aquí estaremos los medios atentos a vuestra evolución!
Pero esa no es la única vía. A quienes no soñéis con estar a la cabeza de un ranking… ¡Diferenciaos! No surfeéis como éste o como aquel otro, ¡hacedlo como os venga en gana! Generad vuestro propio contenido, con la música que realmente os mole, no con la del último vídeo de John John.
¡No imitéis! Si os gusta la foto, haced fotos. Si os gusta tocar la guitarra, ¡adelante! Pero que todo eso forme parte de vuestra esencia de manera natural, no como un recurso forzado porque Noa Deane o Kai Neville lo hacen.
Los medios y la gente estamos ávidos de personalidades auténticas y de historias genuinas que nos inspiren a través de lo más humano. Y no hay nada más humano que la autenticidad de expresarse libremente.
Esperemos que las marcas lo entiendan y la audiencia lo acoja. Por nuestra parte, como medios, gente se encontrará siempre nuestras puertas abiertas.
La audiencia
Y finalmente, el meollo de todo, el gran tornillo del engranaje: la audiencia, el público, el mercado… Puesto que, ¿de qué serviría todo ésto si no estuvieses tú ahí leyendo?
Como público, siempre y cuando las otras partes cumplan con su labor, deberíamos saber premiar la calidad y el buen hacer de esos actos. Deberíamos plantearnos cosas tan elementales como el comprar un neopreno de marca de surf en lugar de acudir a unos almacenes que coquetean del mismo modo con la caza, el moto-cross o la natación sincronizada. Y eso deberíamos hacerlo, aunque nos cueste un pelín más, porque realmente creemos en un sector al que queremos apoyar: nuestra propia comunidad. De ahí que, mientras la labor de las otras partes resulta esencial a la hora de que todo esto resulte creíble, honesto y bonito, la parte final atañe a la audiencia resulta ser la cúspide de todo.
Esta conexión con la audiencia no se consigue contándole cuentos. Eso está claro. Ahora bien, si las partes anteriores han cumplido, nosotros, como público y mercado, tal vez deberíamos comenzar a plantearnos que nuestra pequeña industria se basa en la retroalimentación y que si queremos contenidos y productos de una calidad superior, eso ha de suponer cierto coste que posibilite dicha mejora.
Si demandamos calidad y un toque propio a las marcas, riders y medios, ¿cómo no iba a estar dirigido todo eso a un público capaz de valorar dicho esfuerzo? De ahí que la clave para que todo vaya bien, sea la lucha contra un virus o la mejora generalizada de una pequeña industria como la surfera, depende del compromiso de todos y cada uno de los que hoy estamos encerrados en nuestra casa.