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Surftrip a Albacete

Que sí, que viajar expande la mente y es la mejor manera de conocerse a uno mismo y al mundo y, además, es una ventana abierta a nuevas culturas y nuevos puntos de vista.
albacete

Ok, todo eso es cierto y es muy bonito. Pero la verdad es que la mayoría de nosotros, surfistas de a pie que giramos en torno a un calendario laboral que nos deja libres un puñado limitado de días al año, cuando viajamos, lo que buscamos son facilidades, buenas olas y, a ser posible, surfear en bañador.

Formar parte de un ‘The Search’ o explorar el mundo en base a una corazonada o un viejo mapa marinero rollo Chris Burkard, está limitado a unos pocos elegidos. Y si no, ¿por qué fletamos un barco en Maldivas o tiramos de surfcamp frente al spot de turno con desayuno y cena incluidos? Pues eso, porque nuestra vida ya es lo suficientemente complicada como para jugárnosla también en vacaciones, aunque quede bonito eso de la aventura retoma y espiritual a lo ‘Endless Summer’.

Si a la hora de viajar lo que hacemos es poner billetes sobre la mesa para canjearlos por buenos baños, ¿qué ocurriría si comenzasen a proliferar piscinas de olas en ciudades de interior, remotas y completamente ajenas -hasta ahora- al surf? ¿Estamos presenciando el germen de lo que puede llegar a ser una nueva jerarquía en las mecas surferas del planeta?

Esto puede sonar a disparate, pero me apuesto la paga extra de navidad que hace 15 años también era ridículo imaginarse el mundo del surf sin revistas o nuevos lanzamientos en DVD.

Imaginaos una piscina de Kelly en León o un Wavegarden en Albacete. Ya está ocurriendo algo más o menos parecido en la famosa ola de Waco, en Texas, epicentro ‘cool’ de todos los fans de los aéreos.

Ahora la tónica parece ser: ¿quieres asegurarte rampas al día en las que poder volar? Pues o pruebas suerte durante un mes en Keramas (lleno hasta rebosar) o te vienes una semanita a Texas con bono de olas y buenos fondos asegurados, tanto de izquierdas como de derechas.

…Y de paso te comes unos nachos con cheddar.

Si de lo que se trata es de asegurar y optimizar olas, las piscinas podrían acabar desbancando en cuestión de unos años esos destinos míticos pero lejanos. Bonitos pero costosos. Idílicos, pero con riesgo de rebrotes o la pupa tras acariciar un coral bien afilado.

Al final, después de todo, imaginar el futuro es como viajar, cuestión de abrir la mente, estar abierto a nuevos enfoques y, tal vez, cambiar el ‘Namasté’ por la chistorra.

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Legi

Legi

"Llanero solitario" desde la Asturias más profunda. Lo que lee, lo que escucha y en definitiva lo que le interesa tiene siempre un toque oscuro y melancólico..pero no te dejes engañar, casi siempre tiene una sonrisa en su boca. Apasionado del diseño, del cine, la fotografía y la lectura, pero sobre todo del surfing. No compite porque se la sopla, pero bien podría hacerlo. Sponsors: Watsay, Globe, Nche y Deflow.

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