Caio Ibelli abre el debate: ¿Quién puede vivir del surf a día de hoy?
Hace unos días el surfista brasileño Caio Ibelli, campeón del mundo junior en 2011 y ‘rookie’ del año en 2016, confirmó su renuncia a disputar los Challenger Series (campeonatos del máximo nivel QS cuyo ranking final decide quién entra en el CT) ante la imposibilidad de poder financiar toda su temporada competitiva.
Este insólito hecho ha reabierto el debate acerca de la viabilidad del surf profesional como único modo de sustento para los atletas, incluso para los de más alto nivel.
¿Quiere decir todo esto que ya ni los ‘pros’ pueden vivir del surf?
Lo cierto es que el caso de Ibelli no es un hecho aislado ya que a lo largo de estos últimos años hemos visto cómo surfistas del CT ‘desaparecían del mapa’ tras quedar fuera del ‘Tour’, un puesto privilegiado y reservado a unos pocos que parece ser el último talismán sagrado a la hora de poder ganarse la vida exclusivamente gracias al surf.
Por un lado, este hecho pone de manifiesto la fragilidad que entraña la carrera de los surfistas de élite, que en su mayoría dependen de los buenos resultados, la constancia de la temporada y el mantenimiento de su plaza en la gran liga.
Este hecho parece inviable en deportes como el fútbol, el boxeo, el tenis… Pero sí es muy cercano a lo que ocurre en otras disciplinas de mucha menor dimensión y en las que sus profesionales o bien ‘malviven’ gracias a ellas, o bien han de buscarse un sustento alternativo.
Moraleja… ¿Quizás el surf competitivo no es tan grande como creíamos?
Por otra parte, el ejemplo de Ibelli sirve para ilustrar perfectamente cómo el talento y el nivel no siempre son suficientes para poder vivir del surf.
Dicho esto, cabe hacerse otra pregunta: ¿es esta situación un hecho verdaderamente reciente, ligada únicamente al surf actual?
Desde siempre, las marcas -además del buen surf y el talento, naturalmente- han mostrado un especial interés por la imagen de sus deportistas ya que dicha imagen está ligada al carisma del sufista y su capacidad a la hora de conectar con la audiencia.
Esto no es un fenómeno reciente dado que muchas marcas han construido la imagen corporativa que hoy conocemos de ellas única y exclusivamente a través de un ‘team’ o ciertos ‘riders’ que podían estar, o no, vinculados al sector competitivo.
Así tenemos claros ejemplos de marcas construidas a partir de cierto toque atlético, mientras que otras eran pura transgresión y ‘pasotismo’. Eso sí, lo que era común a todas es el poder de la imagen.
Y he aquí el otro gran valor añadido del surfista, algo que supone un elemento clave a la hora de comprender el interés de un patrocinio desde el punto de vista corporativo: su imagen.
Por este motivo, surfistas ‘actuales’ que jamás han competido en las altas esferas como Creed McTaggart, Noa Deane, Mason Ho, Harry Bryant, Balaram Stack…. E incluso nombres que rozan las ‘40 castañas’ como Dion, Chippa Wilson, Craig Anderson, Dane Reynolds, Steph Gilmore… O hasta Mick Fanning, Parko u Occy, sí mantienen una saludable cartera de sponsors, así como una absoluta relevancia en el mundo del surf.
Y es que todos ellos tienen en común ese valor añadido que comentábamos: imagen, carisma y una forma de comunicar muy personal que hace de su persona algo aún más preciado y cotizado para las marcas que cierto puesto en un ‘ranking’ puntual.
Hoy en día, en medio de una feroz competitividad donde, a causa de las Redes Sociales, uno ha de abrirse hueco en un mundo globalizado, los deportistas que se lo juegan todo al ámbito competitivo han de entender que sólo los que ganan, los que están ahí arriba o los verdaderos TOP son los que se llevan el gato al agua. Mientras que el resto, o bien reservan parte de esa jugada a trabajar en su imagen con el fin de afianzar su ‘valor de marca’, o bien han de diversificar con otro tipo de ‘sponsors’ (cremas, concesionarios, marcas alimenticias….) y vías comerciales (vlogs, youtubers, influencers…).
En definitiva, lamentablemente el caso de Ibelli no es el primero ni será el último.
Es triste ver cómo un surfista tan completo, con tanta experiencia y con semejante trayectoria tiene que rehusar a una ansiada plaza que le correspondía por derecho.
Sin embargo, el mundo cambia deprisa y nuestra industria, sometida a cambios aún mas vertiginosos, impone una despiadada premisa para todos aquellos que sueñan con vivir del surf: o te adaptas o estás fuera.
Un comentario
Bienvenidos al maravilloso mundo de los deportes minoritarios. En mi opinión el surf no es un deporte profesional y tardará mucho en serlo, siempre que haya esta enorme diferencia entre lo que ganan unos y otros y que el tinglado se te pueda acabar tan rápido… No existe una asociación de surfistas que luchen por sus derechos y no la habrá si las grandes figuras no se involucran (JJF, Medina, Italo,…). EL surf es un deporte muy egoísta y aún moviendo a una gran cantidad de aficionados. Yo creo que muchos se quejan y alzan la voz sobre la problemática actual, pero pocos quieren realmente luchar para que cambien las cosas.