Yo podría ser una de esas cabezas que veis en el agua. ¿Qué importa cuál? A cierta distancia todos parecen idénticos puntos negros. A pesar de ello, yo sé que soy más listo que el resto aunque la vida se empeñe en demostrarme lo contrario.

El día previo a volver al agua tuve la genial idea de levantarme antes de que saliera el sol para ir a surfear primera hora con el fin de quitarme de en medio las aglomeraciones de ‘media mañana’. Soy un puto genio.

Pues bien, mi idea no debía resultar tan rompedora y original ya que cuando llegué a la playa había unas 60 personas disputándose olas de ¼ de metro que rompían cada 15 minutos. Lejos de salir, la gente continuaba llegando y yo, que soy listo de cojones, decidí observar un rato, hacer números y acabar yéndome seco para casa ya que las cuentas no salían. No obstante, y dado que los genios no conocemos la palabra fracaso, el pozo sin fondo de mis ideas se sacó de la chistera otra aún mejor: esperar al turno de la tarde y volver al anochecer.

A veces como viendo el Canal Historia y me pregunto cuándo harán un capítulo sobre mí en eso de los genios del mundo. En fin… Al final me lie haciendo vete tú a saber qué y salí de casa corriendo, con la tarde bastante avanzada pero la moral por las nubes. Debí de calcular mal la hora porque me estaba quedando sin luz, pero fallar es humano y, además, eso me garantizaría estar solo en el agua. Fijo.

ERROR.

De nuevo casi cien personas, pocas olas, poco espacio y el agravante de estar oscureciendo. Y por si fuera poco el agua está que jode y más aún cuando el sol se pone. ¿Genio? ¡Mis cojones!

¿Por qué la gente sigue llegando a estas horas? ¿Acaso no veis que os quedáis sin luz, idiotas? ¿Os habéis detenido a dividir el número de olas por el de personas? ¡No tocáis ni a 0,0000000000003! ¿Por qué sois tan bobos? …Y todo esto me lo pregunto yo, otro punto negro que se congrega a la misma hora y en el mismo sitio que el resto de puntos negros que considero más tontos e incautos que yo.

Pero mi obcecación aún tiene cuerda para rato: ¿De dónde ha salido toda esta puta gente? ¿Acaso es imposible surfear tranquilo? ¡Mirad eso, madre mía, 3 en la misma ola! ¡Qué vergüenza! …Y todo el discurso lo autoproclamaba en ese mismo lugar, sin moverme, sin reaccionar. Echaba pestes sobre la dificultad de coger una ola en el único sitio donde no se pueden coger: fuera del agua.

Levanté la cabeza y vi el sol ponerse, como diciéndome: ‘¡hasta luego, listo!’ …Otro día que se me ha escurrido entre los dedos, diluido en un vaso de grandes ideas con pobres resultados, como las del ‘Coyote’. Sin embargo yo no soy un dibujo animado y noto cómo mi propósito se tambalea.

Puse el Canal Historia mientras cené pero no le hice caso. Me preguntaba por qué toda esa gente estará ahí, molestándome, sea a la hora que sea. Masticaba sin saborear. Decidí no poner el despertador –total…- y me acosté sin darme cuenta que todos somos igual de listos o igual de tontos. Que todos somos puntos negros guiados por algo que resulta inexplicable, como el amor, y que es precisamente esa visceralidad la que nos lleva a ser irracionales, por eso vamos a seguir entrando al agua aunque haya cien personas, pocas olas o nos quedemos sin luz. El mar es la luz.