Si bien este ‘nuevo Snappers’ no es lo mismo, ya que se cayó del calendario CT pasando a ser un QS del máximo nivel, está muy, muy cerca de serlo dado el increíble nivel que hay desde la primera ronda con nombres como Ryan Callinan, Julian Wilson, Jack Robo, Coffin, Owen e incluso Kelly.

Este tremendo nivelazo en un QS es, en gran medida, una consecuencia directa de una de las novedades más polémicas y cuestionables que la WSL ha introducido en los últimos años: el dichoso corte de mitad de temporada.

Si bien para los surfistas es algo injusto porque, como comentamos previamente en un artículo, limita dramáticamente su capacidad su capacidad de adaptación al ‘Tour’, así como su acceso, que ahora parece más difícil que nunca, para los fans es una medida con una cara bien distinta.

Y es que dicho corte favorecerá que más grandes nombres, de esos que acostumbrábamos a ver única y exclusivamente en la gran liga, se sumen a la temporada de los ‘Challenge Series’ (antiguos QS 10.000), que se solapará a partir de ahora con el ‘CT’, con el fin de asegurar su plaza o, directamente, para tratar de obtenerla nuevamente tras su reciente pérdida a raíz del corte.

¿Qué significa todo esto? 

Para empezar, no tendremos que esperar las ‘largas temporadas’ que distan entre ‘CT’ y ‘CT’ para ver a los TOP ya que, como decíamos, muchos de ellos combinarán ambos circuitos, doblando su presencia en competición.

Para seguir, los QS pasan a ser ahora una especie de videojuego apoteósico desde el minuto 1, pues si ya venían siendo un espectáculo gracias a nombres como Crosby Colapinto, Matt Banting, Mateus Herdy, Cam Richards o Evan Geiselman (entre muchos otros), ahora la cosa se desfasa dado que no hay rondas previas al ‘main event’ y la primera manga ya está copada de grandes nombres. Dicho de otra forma, cada manga podría ser prácticamente unos cuartos en el CT.

En fin, con el formato actual los QS’s han dejado de ser cosa de unos pocos ‘frikis’ que controlaban nombres que a la mayoría ni le sonaban. El maldito-bendito corte ha traído consigo la estandarización de la excelencia, la emoción ininterrumpida y la crucial optimización de unos 30 minutos en el que los mejores se lo juegan absolutamente todo. 

Ya no hay gente ‘de segunda’ ni semidesconocidos en los Challenge Series. La WSL ha sabido convertir el surf de competición en una especie de súper producción ‘Hollywoodiense’ cuyo plató de rodaje podría ser el mismísimo coliseo romano.

¡La emoción y el drama están servidos!