A priori, este asunto no debería ser muy relevante ya que, desde hace años, veníamos presenciando el final de temporada en el mismo spot (Pipe) de manera invariable. No obstante, en 2020 la WSL anunció un nuevo formato entre cuyas novedades figuraba el cambio sistemático de spot para la disputa de las finales con el fin de mantener la sorpresa y el interés de la audiencia.
Pues bien, si el año pasado la gran final tuvo lugar en Trestles, este año volverá a disputarse en el mismo spot, contra todo pronóstico. ¿Fraude o subidón?
Estamos seguros de que no hay un solo surfista en todo el planeta al que no le gustaría darse un baño en la icónica ola californiana. Es más, estamos convencidos de que la inmensa mayoría hace ‘click’ en cuanto divisa un vídeo con el sello ‘Trestles’ ya que es un lugar mágico, capaz de proporcionar derechas e izquierda súper constantes, en las que dar rienda suelta al más alto ‘performance’.
Sin embargo, lo prometido es deuda y también estamos seguros de que muchos fans hubiéramos acogido con entusiasmo la inclusión de un nuevo spot para una prueba tan trascendental y de semejante envergadura.
Frente al éxito del año pasado, dada la calidad de las olas y la audiencia obtenida, ¿no sería más cabal ceñirse al plan inicial como forma de perpetuar dicho éxito? Recordemos el mítico ‘contest’ de Nueva York, en el que hubo unas condiciones tan épicas que ‘Quik’ no se atrevió a repetir su hazaña dada la dificultad que entraña pillarlo así de bueno en esa zona.
Está claro que Trestles es infinitamente más constante que cualquier spot de la costa este. Pese a ello, la triunfada del año pasado dejó el suficiente ‘regustito’ como para atreverse a pasar página e intentar atisbar otra ola más crítica, más ‘hollow’, más remota, más desconocida, más sorprendente y… En definitiva, más novedosa.
Quizás vivamos en un mundo ‘de boquilla’ en el que se comercia con novedades a cambio de nuestro interés para acabar siendo siempre lo mismo. O quizás las dificultades que ha traído consigo la pandemia sean la excusa perfecta para no arriesgar frente a algo nuevo y desconocido. Pero, del mismo modo que quien no arriesga no gana, quien no ejecuta una idea no puede ser consciente de la complejidad que entraña, por eso no podemos reivindicar un ‘Dream Tour’ como Dios manda desde la comodidad de nuestra oficina. Por nuestra parte, sólo podemos rezar para que Medina y John John no se lesionen, para que Trestles vuelva a ofrecer su mejor cara (la de los ‘roundhouse’ y los ‘vuelos’) y que estas dos semanitas pasen rápido a ver si Pipe inaugura la temporada a lo grande.
¡Qué ganas de Tour!
