El sindicato ELA se ha posicionado en contra de la piscina de olas de Antondegi. Al contrario que el ayuntamiento de Donostia, que mostró su apoyo al proyecto y pidió suspender la modificación del planeamiento urbano para la construcción de la piscina.

ELA no encuentra sentido en el proyecto al estar tan cerca del mar y asegura que ni siquiera los surfistas apoyan el proyecto. Señala al grupo Antondegi berdea olatuak itsasoan como un movimiento de surfistas, ecologistas y otros grupos sociales que se posiciona en contra del proyecto.

Asimismo ELA hace alusión a la red de corredores ecológicos y las especies que viven en ellas. También critica el gasto de energía y de agua comparándolo con el consumo energético de 500 hogares. ELA concluye que un proyecto de esas magnitudes es inaceptable en el contexto climático que atravesamos.

La polémica de las piscinas no hace mas que crecer. A este rechazo por parte de ELA se suman dos proyectos de piscinas de olas paralizados en Francia. Criticados una vez más por su alto consumo de energía y agua y por la destrucción de zonas agrícolas, distintos grupos de residentes y ambientalistas han conseguido frenar ambos proyectos.

En Saint-Père-en-Retz, a diez kilómetros del mar, el proyecto Bergerie Surf Camp pretendía construir una infraestructura de ocho hectáreas destruyendo tierra agrícola. Los promotores se ha enfrentado a la oposición de residentes y grupos ambientalistas locales desde 2018, hasta que finalmente han abandonado el proyecto. 

Por otro lado, en Sevran, a las afueras de París, el proyecto Terre d ́Eaux et de Culture (“Tierra de agua y cultura”) pretendía construir un complejo de ocio de 32 hectáreas con un parque de olas artificiales, viviendas, zonas de ocio y tiendas, pero tras realizar una consulta ciudadana, toda la junta municipal ha votado en contra del parque de surf.

Por lo tanto, ya son, por lo menos, cuatro las instalaciones de olas artificiales paralizadas en Francia en los últimos dos años, ya que a estas dos paralizadas recientemente se suman la proyectada para Castets (a media hora de Hossegor) y la de San Juan de Luz, que también fueron paralizadas por el activismo de ecologistas y surfistas.