Seguramente será por la ausencia de viento y la dirección del swell, pero por alguna razón que sólo los expertos sabrán, en la sesión del pasado jueves, se vieron más tubos (o intentos de) que nunca en Jaws. El campanazo se lo llevó Billy Kemper que cogió la ola de su vida a una hora en la que habitualmente en Jaws ya suele soplar un incesante viento que impide remar en condiciones.