No hay nada más humano que el hecho de sentir miedo.
Todos y cada uno de nosotros padecemos algún tipo de temor ante cualquier amenaza o situación capaz de poner en peligro nuestra sesera.
Seguro que incluso a Superman le temblarían las patas si tuviera que vérselas con Godzilla.
Ya puestos a hablar de súper héroes de otro mundo… ¡Incluso los ‘pros’ tienen miedo! Creednos, ni ellos mismos se escapan a la flojera cuando el ‘swell forecast’ pasa a tener cierto tono morado en determinados lugares. Y más aún cuando ese lugar se llama Teahupoo y se avecina un ‘swell’ de narices, como el que promete arremeter contra el ‘reef’ hoy, y a uno le toca entrar en manga ante semejante bestia indomable.
Ahí radica precisamente problema, en el hecho de que los fans nos olvidamos de que los pobres ‘pros’ son humanos y ya ni siquiera entendemos que también ellos puedan albergar un miedo tan comprensible.
Creemos que su portentosa técnica los exime de ser presa de una emoción que les vuelve vulnerables como a nosotros, simples mortales. Pero el caso es que cuando el peligro amenaza… Ni la capacidad de hacer un ‘full rotation’ logra templar los nervios por completo. ¡Es el triunfo del instinto de supervivencia cuando la sesera está en peligro!
‘Ya, pero es que son ‘pros’ y se ganan la vida con ello’, dirán algunos. ‘Pues si les dan miedo los tubos grandes, deberían dejarlo y empezar a fichar en la oficina’, dirán otros.
El caso es que también entendemos a ese otro sector de la audiencia, un poco más implacable al no tolerar del todo bien que a un surfista, por muy bien que se le dé el surf, también tiene derecho a venirse abajo cuando las olas se vienen arriba.
Conscientes de esto que estamos hablando hay unos cuantos. Ya no sólo en mitad de una manga en Teahupoo o en Pipe, sino también en ‘free surf shootings’ en spots icónicos e imponentes como Greenbush, Shipsterns o Aileen’s. Nadie se libra del pavor que causan las garras (en forma de labio o de ‘reef’ seco) de los ‘slabs’ más imponentes del planeta.
Dicho esto, nos preguntamos, ¿ante qué tamaño o en qué condiciones comenzamos a comprender que hasta los ‘pros’ se echen atrás?
En principio, si un CT no ‘se tira’ en una ola, seguramente le lluevan críticas y sea el blanco de cierto grado de ‘hate’. Es lo que tiene la democratización de la opinión a través de las Redes Sociales. Sin embargo, así mismo suponemos que llegará un punto en el cual incluso los mayores ‘haters’ entenderán que un surfista CT se dé media vuelta y ‘no vaya’.
¿Cuál es ese punto? ¿Quién lo fija?
Todos recordamos aquella jornada para el recuerdo en Fiji, cuando la prueba del CT fue suspendida a causa del tamaño desorbitado de las olas. Fue entonces cuando un puñado de especialistas en olas grandes (no CT), así como un selecto (y pequeño) grupo deCT’S, saltaron al agua y cogieron algunas de las olas más célebres y laureadas de la historia. Es decir, olas tan ‘heavys’ que hasta los ‘pros’ las temían y rehusaban de ellas, incluso siendo sumamente perfectas y surfeables.
Pues bien… ¿Cuál es esa frontera comprensible del miedo para la audiencia del surf profesional? ¿Cómo han de ser las condiciones para que un TOP pase de ser criticado a comprendido? ¿Está dicha empatía ligada solamente a spots como Teahupoo, Pipe, Cloudbreak…?
Sea como sea, hoy, un servidor (y seguro que tú también, querido lector) se alegrará de no cobrar por surfear y poder estar viendo a la bestia tahitiana desde la seguridad de su sofá.
