Soy una mujer que nació en el mediterraneo y vive en las montañas de Andorra. Curiosa de profesión y exploradora de corazón, me he acabado formando como dissenyadora gràfica que usa su pasión por la ilustración como herramienta bàsica para pensar y modelar conceptos e ideas.
Desde pequeña, me pasaba horas dibujando y haciendo vestido de retales a mis muñecos. No te das cuenta hasta que creces y de repente eliges diseño industrial como carrera. Y más tarde diseño gráfico y vas pasando des del sector de la moda hasta publicidad y comunicación, dónde estoy actualmente.
Tengo muchos referentes, por ejemplo en ilustración Mark Conlan, Michela Picchi o Brian Rea y en diseño gráfico Jacqueline Casey, Natasha Jen o Ben J.Crick.
Aunque mi inspiración cuando dibujo viene de las cosas que me hacen feliz que des de hace años viene a ser el mar, el surf y la libertad que me ofrece. Cuando se trata de mi trabajo, la inspiración es una parte de la metodologia que aplico para generar soluciones creativas. Aunque muchas ideas, vienen de las situaciones cuotidianas de la vida misma.
¡Pues como con esos grandes amores que viven a distancia! Viajar muy a menudo y procurar que no pase mucho tiempo sin verlo, que, si no, no te acuerdas ni de coger las espumillas.
Siempre he tenido una atracción singular por el mar, imagino que lo llevo en el ADN. A pesar de que vivo en Andorra rodeada de mucha naturaleza, el mar siempre llama. Me da una libertad que no he encontrado en la montaña. Así que siempre que podemos, mi pareja y yo, intentamos pasar largas temporadas en la costa. Quien sabe, algún día quizás no volvamos. ☺
Levantarse con las maletas hechas y saber que nos quedan muchos días de agua salada, buenas olas, puestas de sol y un buen libro, por delante.
Como cualquier hija de buen vecino, el mar me daba mucho respeto y mi padre, muy habilmente, me dió una tabla de surf para que flotara por las espumillas. No tarde en dejar el miedo por la diversión. Más tarde nos mudamos Andorra y me desconecté por completo del surf. Aquí, en el colegio y viviendo en Andorra, aprendes a esquiar sí o sí. En mi caso fue un poco frustante, ya que no se me da bien muy esquiar, así que de nuevo mi padre, la prespicacia de mi padre, me llevó a comprarme una tabla de snowboard y así comencé a disfrutar de la nieve. Reconecté con el surf hace 8 años, pero el mar no lo he olvidado nunca 🙂
Es difícil decir, ya que de cada sitio en el que estado me he llevado muy buenas sensaciones. Ahora me vienen en mente 3. Tengo buenos recuerdos de Rodiles (Asturias), Dominicalito (Costa Rica) y Padang-Padang
A Portugal, con mi pareja Josep Maria y nuestro colega Iñaki, el rey de saltar olas y la cerveza fresca.
Tendemos a escoger sitios que están bastante lejos y Portugal, que está aquí al lado, siempre se queda en los “to do”.
La verdad es que soy práctica y no tengo un quiver como tal. ¡Ojalá! De momento me conformo con mis dos tablas, una fish para el día a día y una mini malibú para días juguetones.