Paloma, nacida en 1986 en Jerez de la Frontera (Cádiz). Adoro a los perros, comer, leer, surfear e ir a conciertos garageros. Me pagan por dar clase en la universidad e investigar el comportamiento social, cosa que también adoro.
Pues todo esto empieza en mi adolescencia. Yo vivía en la ciudad más clásica y menos afín a mis intereses que te puedas echar a la cara, Sevilla. Mis padres que nunca han sido muy clásicos tampoco, me llevaban todos los fines de semana a una playa en la que había toros que paseaban por la arena, una escuela de surf y a veces olas. Esto me llamó la atención e hice un curso que nunca terminé porque nunca llegó el swell. Lo más curioso es que me dejaron un neopreno que me quedaba enorme y me entraba agua. Me aseguraron que eso era normal y que la temperatura del cuerpo calentaría el agua (desde aquí un saludito a este tipo de escuelas). Luego seguí practicándolo aunque pasé por una época en la que no conseguía avanzar, me frustré y estuve años sin surfear (esto lo achaco a la elección de tablas y baños errónea). Más adelante, gracias a que encontré amigas con las que compartir baños y a un 9 pies que mi chico encontró en California y que cambió por completo mi visión sobre el surf, retomé esta relación que espero continúe hasta que mi cuerpo lo permita.
Emoción, alegría, sentido y paz, mucha paz aunque a veces ansiedad por no llegar a tiempo a pillar la hora buena del baño. También me doy cuenta de que a largo del tiempo me ha aportado buenos amigxs, viajes y una especial conexión con la naturaleza. Y por supuesto, una gran pasión que me permite publicar y avanzar en mi trabajo académico y profesional.
Creo que la influencia de la mujer es más débil de lo que me gustaría. Hemos ganado en presencia pero no en credibilidad ni respeto. No creo que necesitemos visibilidad como en otras esferas. Concretamente en el surf existe una realidad poco verbalizada que automáticamente identifica a las mujeres surfistas con principiantes. Lo peor de todo es que esto es algo que además nosotras mismas perpetuamos entre nosotras haciéndonos un flaco favor. Si conseguimos que esto cambie lo anterior vendrá solo. En cuanto a qué aportamos las mujeres, creo que un estilo único pero también una fortaleza especial. Porque también competimos y lo hacemos bonito. Además estamos recordando los orígenes del surf, ese carácter místico que consideraba esta práctica como algo ancestral practicado por diosas. Me pongo algo poética pero es un origen muy bonito que creo que merece la pena no olvidar. En definitiva, aportamos belleza.
Personalmente creo que lo que necesitamos de manera general todos es una mayor cultura de surf como la que sí tienen otros países donde existe una larga tradición de surfistas. La cultura trae consigo entendimiento, perspectiva y, en definitiva, respeto que creo que es de lo que todo el mundo se queja cuando tiene un mal baño. Pienso que esto sería bueno para hombres y mujeres.
Un rotundo sí. Desde la equiparación de premios y condiciones en las mangas entre hombres y mujeres en las competis hasta hacer publi de marcas femeninas que pongan en primer plano una maniobra y no una cara/culo de una mujer, existen infinidad de cosas que demostrarían que, efectivamente se valora a las mujeres.
No te voy a mentir que está muy feo, en frente de casa de mi amigo Pope 😉
Ahora: Forgiveness (Yawners)
Siempre: Josie (Blink-182)
Hoy en día: Despertar sin alarma (fundamental)-Pasear a Taco taza de té en mano mirando el mar-Neopreno+Crema-Mi izquierda favorita con mi gente favorita-Comer rico-Lectura-Repetimos, y al acabar el día un concierto en buena compañía.
No hago fotos increíbles ni un surf increíble ni tengo una marca o algo que pueda hacerme destacar, así que gracias por dar un espacio al mundo académico del surf. El surf como disciplina académica está muy poco presente y la investigación en general está poco valorada en esta sociedad. Así que gracias, gracias y gracias.
Mola que te entrevisten por empollona.