A estas alturas la mayoría ya habréis visto el nuevo clip que ha sacado John John surfeando con sus colegas en el patio de su casa.

La noticia en sí no reviste tanta importancia ya que parece un hecho de lo más mundano, a excepción de que el hawaiano progresa muy adecuadamente en eso de ir recobrando su estado forma habitual.

Lo que sí ha generado gran expectación es verle con una chaquetilla ‘Rip Curl’ mientras su ‘nose’ aún permanece desnudo. Naturalmente las apuestas ya están abiertas y todos especulan acerca de qué pegatina ocupará la parte más visible de su Pyzel. ¿Quik? ¿O’neill? ¿Coca – Cola? ¿Gobierno de los Estados Unidos?

Lo cierto es que una pegatina no nos sorprendería más que otra. Es más, ha llegado un punto en que los grandes iconos veinteañeros pasan de una marca a otra sin que ese cambio de sponsor cale en el público.

Este hecho era algo insólito un tiempo atrás. ¿Os imagináis a Parko dejando Billabong por Vans? ¿O a Fanning pasándose a Volcom? ¡Cosas así hubieran copao los titulares de la prensa rosa surfera durante días!

Por el contrario hoy, si Colapinto fichase por Hurley o Kolohe dejase Red Bull por Monster, ¿se quedaría alguien atónito ante la noticia? Definitivamente NO.

Es cierto que en los últimos años hemos vivido ceses de sponsors que han marcado un antes y un después, tanto en la industria como en la propia imagen del rider vs marca. Ceses como Kelly con Quik, y posteriormente Dane y Craig. Bruce con Volcom o, más recientemente, Taj con Billabong, han dejado huella y aún a día de hoy nos acordamos de esos viejos-buenos tiempos. Y es que toda esta peña tenía tal vínculo con la pegata de su ‘nose’ que llegaron a ser más emblemáticos para la compañía que su propio logo de dicha marca.

Pero esto ya no ocurre en la actualidad porque la frialdad del mercado parece haber absorbido las actitudes de marcas y riders, quienes se despiden y se saludan como si nada. Como si todo se redujese a un ‘simple’ cheque extendido sobre una mesa de madera de roble, al margen de cualquier vestigio de identidad, esencia o personalidad. De ahí la falta de sorpresa popular (¿se traducirá también en falta de interés?) ante esas idas y venidas, que parecen despertar únicamente una ligera ansia de cotilleo en vez del anterior ‘I can’t believe it!’.

Naturalmente todos comemos y tenemos facturas que pagar, con lo cual no vamos a dárnoslas de ‘me importa una mierda la pasta’. No obstante, sí echamos un poco de menos ese espíritu de antaño, más comprometido, donde parecía que ambas partes remaban unidas en una misma dirección, compartiendo rumbo y destino.

…Mañana Occy ficha con Gucci, Cory Lopez deja O’neill y nosotros tendremos que entrar y eliminar este post. Como si lo viéramos 

😛