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Hawaians

Dado que somos plenamente conscientes de que no está bien generalizar, comenzamos el artículo subrayando que unos pocos no pueden colgarle una etiqueta a una amplia mayoría.
hawaians

No obstante, el reiterado comportamiento que un buen número de personalidades ha ido mostrando a lo largo del globo, con el paso del tiempo, nos ha hecho preguntarnos, ¿qué narices pasa con los hawaianos –o al menos un porcentaje más o menos importante, para que no siempre muestren el respeto que piden en su isla?

La gota que ha colmado el vaso -y que nos ha hecho plantear un artículo tan polémico- fue el mal gesto de Zeke Lau para con Jacob Wilcox durante el ‘contest’ de Margaret. Un hecho que, por su parte, no ha sido aislado ya que Lau había mostrado previamente actitudes del todo cuestionables, siendo una de las más célebres aquel desquiciante culebreo a John John (paradójicamente otro hawaiano, aunque éste está en las antípodas de Lau en lo referente a respeto y humildad).

Sin embargo, como decíamos, la mala actitud de Lau no es algo anecdótico ya que compatriotas suyos han ido portando ese mismo estandarte de la mala educación.

Otro ejemplo reciente es la pedazo de saltada de Billy Kemper a un local de Safi. Una saltada no sólo humillante sino peligrosa, dado que tuvo lugar sin apenas distancia entre las tablas, cuando el marroquí estaba perfectamente entubado en una ola por la que muchos suspiraríamos.

La cosa adquiere más dramatismo ya que Safi es una ola en la que te la juegas dada la fuerza del labio y lo seca que va. Algo que Kemper sabe a la perfección dada la lesión que sufrió, precisamente, en dicho spot. Es decir, en los ejemplos que citamos la ignorancia y la inexperiencia no son un factor.

Si nos remontamos en el tiempo, hawaianos como Sunny Garcia, Johnny Boy Gomes, Dustin Barca, Kala Alexandre o, nos guste o no, Andy y Bruce, han sido protagonistas en trifulcas con locales de diferentes sitios dada la prepotencia y el exceso de ego con el que estos entraban al agua. Quizás alguno hayáis podido presenciarlo en persona, en algún campeonato o de surftrip, para corroborar que es verdad.

Ciertamente los brasileños o los surfistas israelíes han adquirido una mala fama de aguilillas y cansinos –ganada a pulso en muchos casos-. Pese a ello, los implicados en estas discusiones no suelen ser figuras de primera plana como en el caso de los hawaianos anteriormente citados. Un hecho que no cambia la naturaleza del problema, pero sí le confiere un matiz diferente cuando se supone que un campeón mundial, una estrella o, simplemente, el embajador de una marca (que vive de que más gente haga surf y compre sus productos) ha de ser un ejemplo a seguir.

Sea como sea, y al margen de cualquier generalización o crítica, una buena actitud ha de ser la mejor carta de presentación de uno mismo, muy por encima de las banderas, el palmarés o los ‘sprays’ que seas capaz de lanzar en cada giro (algo en lo que Zeke sí va sobrao).

Imaginaos el disparate de que la buena educación y el saber estar fuesen sustituidos por una especie de ‘pedigrí surfístico’ tomado en base a tu nacionalidad o ‘home spot’. 

¿Qué ocurriría? ¿Se supone, entonces, que un surfista de La Zurriola o de Zarautz podría ir al sur como una apisonadora sólo porque su playa tiene más tradición o es epicentro de la industria? Si seguimos con este ejemplo absurdo, ¿cómo se mide entonces un local de La Santa si visitase Mundaka o un surfista catalán que se desplaza a Valencia? ¿Quién sería el ‘Master’?

En fin… La situación sería tan tonta como el ‘modus operandi’ de algunos que se creen que es así.

Respeto siempre, a los locales y a todo el mundo en general. Y más, si en tu playa lo exiges especialmente porque la consideras, además de una meca, tu hogar. 

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REDACCION

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Un comentario

  1. Procedo de la isla de La Palma, mi playa era Los guirres, ya no existe, la lava del volcán la sepultó, jamás volveré a surfearla, ni podré llevar a mis dos hijos allí, hogueras de San Juan, acampadas, no podremos disfrutar de las grandes fiestas de surf cuando organizabamos los Open,… En fin una vida completa bajo 40 metros de roca volcánica aún humeante…
    En aquella playa quedaba lejisimos ese localismo que ahí se comenta, somos isleños, con mayor o menor tradición surfera pero con el mismo amor al océano y nuestras costas que cualquier Hawaiano, lo primero en el mar es la cortesía y hamabilidad, socorrer al necesitado, aconsejar al inesperto, es una tradición marinera que funciona para todos los que viven y disfrutan del mar, todos lo sabemos y debemos cumplirlo, sean de Oahu o del Hierro.
    La pérdida hace a uno recapacitar y en este caso más que nunca (permitanme la reflexión) pienso que el surfear es la libertad, el lugar y la compañía,… No lo grande que fue el cutback,.. Puede que algún tubo si te deje huella, jeje…,a lo que voy es que ese lugar donde surfeas puede parecer incorruptible pero puede un día desaparacer, asi que disfrútalo cada vez, sólo o en compañía, perder tiempo en ver quien saca más pecho es una pérdida de tiempo irremplazable…tiempo de surfing con risas, buenas historias y piques sanos entre hermanos,… Esa es la esencia del surfing muchacho!
    Desde Canarias, tierra del fuego, les digo, un abrazo y valoren bien el lugar y la compañía que lo son todo.
    Buena proa.

    Pd: hemos perdido una playa pero tenemos más.

    Anibal Pino Pérez
    Presidente del club de surf & bodyboard Revolcon

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