La organización del Oeste de Australia para la Conservación del Tiburón (WASC son sus siglas en inglés) está planteando un interesante debate sobre este asunto, que se planteó por la organización Humane Society International el julio pasado después de una fatídica temporada de ataques de tiburón blanco en el oeste australiano.

La teoría fue rápidamente desmentida por el concejo australiano de exportación de animales vivos, que aseguró que los cuerpos muertos son arrojados al menos 20 millas náuticas de la costa más cercana.

El pasado lunes, WASC aseguró que los Departamentos de Agricultura y Pesca habían desmentido la teoría, aunque admitieron que algunas personas dentro de la administración opinaban que era un tema que merecía ser investigado. Aún así pidieron no crear polémica ni histeria entre la gente que usa el mar a diario, entre los que se encuentran los surfistas, y reconocieron que el asunto era especialmente sensible porque los activistas por los derechos de los animales han pedido terminar con la exportación de animales vivos a raíz de una serie de crueles matanzas de ovejas australianas en Pakistán.

«Necesitamos entender qué es lo que estamos haciendo mal, tal como echar carnada en las aguas via los barcos de exportación de animales vivos, y hacer un esfuerzo por investigar nuestra población de tiburones para poder así aprender qué podemos hacer como visitantes del océano para sentirnos lo más seguros posible», comentó la portavoz de WASC, Melissa Smith.

El departamento australiano de pesca admitió que no existe evidencia científica que sugiera que existe una relación entre los ataques del gran tiburón blanco y la presencia de barcos que transportan animales vivos.

«No podemos desmentir la posibilidad de que algunas especies de tiburón pudieran seguir a estos barcos, o que sean más comunes alrededor de los mismos, pero es poco probable que los tiburones blancos se vean atraídos por ellos», comentó el Dr. Moloney.

«Es más probable que las especies de superficie, como los tiburones azules, pudieran seguir a estos barcos, pero no existen registros de ataques de estas especies ni avistamientos de los mismos en la costa oeste de Australia».