La desgraciada noticia ocurría el pasado día 23 en la zona de la base aérea de Vandenberg, donde Francisco Javier Solorio surfeaba con un amigo. Cuando estaban tranquilamente sentados sobre sus tablas, un gran blanco emergió de las aguas y atacó a Javier tirándole de la tabla. Cuando su compañero iba a ayudarle, vio como el accidentado agarraba su tabla con las manos y pedía ayuda, quedando inmediatamente incosciente. Una vez en la orilla, los equipos médicos nada pudieron hacer por su vida.
El segundo incidente ocurrió en un spot llamado Bunkers, en la zona de Humboldt. Scott Stephens surfeó durante 1 hora y media, cogió su última ola y comenzó una larga remada hacia la orilla, ya que la ola rompe algo alejada de la costa. Fue en en ese momento cuando un tiburón blanco joven le atacó.
Según el joven surfero: «Cuando subí a la superficie tras el ataque, mi tabla estaba algo alejada de mí. Había mucha sangre, y vi que tenía una herida bastante grande, pero afortunadamente fui capaz de remar hasta la orilla.»
Una vez en la playa, fue ayudado por surferos que trataron de cortar la hemorragia y de calmarle. Lo montaron en una pick-up a toda velocidad y en la autopista fue recogido por una ambulancia.
Las heridas no afectaron ningún órgano vital, por lo que su vida no corre peligro y ya cuenta los días para volver al agua.