AVE DE RAPIÑA Nº1
Este tipo de ave siempre ronda tu Whatssap a la misma hora y con el mismo fin. Su presa es conocer el estado de las olas. Lunes, martes, miércoles… Nunca te pregunta ‘qué tal estás’ sino ‘cómo está el mar’. Y si un día echas en falta su vuelo… Eso significa que ese día no puede ir a la playa o que ya está allí y… Vaya, qué casualidad, justo ese día a él mismo se le ha olvidao escribir e informar de las olas.
AVE DE RAPIÑA Nº2
Esta ave proviene de la familia de los buitres y su presa no son las olas sino los descuentos.
Siempre que se le rompe un invento o necesita un grip, un traje o incluso cambiar de tabla, dicha ave tira de memoria y no duda en sobrevolar a ese viejo amigo que conoce al ‘repre’ de una marca o al encargado de una tienda o a quien tenga el más mínimo enchufe y capaz de sonsacarle una rebajilla.
‘Meca tío, qué es de tu vida. Oye, ¿tú no conocías al de xxxx? ¿Habría forma de sacarle un 15%?’
Y una vez obtenido el descuento, emprende el vuelo hasta la próxima migración, es decir, hasta la próxima vez que necesite renovar parte de su equipo.
AVE DE RAPIÑA Nº3
El tercer tipo de ave de rapiña suele tener más confianza con su presa. Es más, se aprovecha precisamente de ésta para graznar ciertos encarguillos que tocan los huevos de su nido.
Hablamos de cosas como ir a cogerle parafa porque sus horarios no cuadran con los de la tienda. O dejarle la tabla a reparar porque a ti el taller te pilla de camino. En fin, ponte a temblar cuando veas que su pico se abre.
AVE DE RAPIÑA Nº4
La número 4 nos da mucha penita porque no puede volar por sí sola. Por eso siempre te pide que lleves tú el coche. El suyo… O está pendiente de que le cambien el aceite, o está en reserva, o tiene las ruedas muy gastadas.
Y ojo con este tipo de ave, ¡resulta muy empalagosa! Pues si cuadra que tú no puedes ir a la playa hasta las nueve de la noche, es muy capaz de esperarte y acoplarse con el fin de no desempolvar sus propias alas.
AVE DE RAPIÑA Nº5
La última de todas no es mala, ni de rapiña, ni nos cae mal. Es más, puede incluso ser un ave que se hace querer y que ella misma nos haya hecho un favor a nosotros guardándonos las llaves del coche. El problema surge cuando tarda tanto en salir del agua que nos quedamos helados esperándole, sin poder coger nuestras llaves, que permanecen en su nido. En momentos así, aunque le queramos… Imaginamos tener a nuestro alcance un rifle de alta precisión para pegarle un tiro en el culo y que salga del agua echando hostias.