Antonio Uriarte era un surfista de tierra adentro, de Vitoria. Como muchos otros de Valladolid, de Madrid, de Bergara o de Azkoitia.

Coincidí con él por primera vez en la final del EBU’73, ese campeonato que organizaba Nito Biescas en Zarautz. Digo en la final, pero la realidad es que éramos sólo 9 surfistas en infantiles y nos metieron a todos en la final.

Luego compartimos muchos sitios como Orrua (que inicialmente se llamaba Marshall, en honor a un amigo suyo al que llamaban así por su pasión por Jimmy Marshall Hendrix), Itziar y Mutriku (punta Alcolea). La izquierda de Orrua era maravillosa y casi sin rocas!

Compartimos, pero él (junto con su hermano Javier, Biafra y Carlos Álvarez) siempre había llegado antes.

Fue el primero en entrar en Karramarro, esa izquierda que rompe cuando está grande entre los tuneles 2º y 3º de la carretera de Zarautz a Getaria.

También fue el primero en entrar en Roka Puta con Iñigo Letamendia, cuando sólo algunos como Javier Arteche entraban en la derecha de Orrua (en los 70s Orrua era famosa por su izquierda, no por la derecha).

Y probablemente fue de los primeros en entrar en Mutriku, esa izquierda que rompe encima de la roca.

Esa izquierda donde coincidíamos con Pajarua, Letamendia, Rochas, Eizaguirres, etc con un take-off muy fuerte.

Antonio era un pionero, un descubridor.

A mediados de los 70s planeábamos dar la vuelta a la península los dos, con dos Vespas y las tablas a cada lado.

Fue mucho mejor ese plan de dar la vuelta a África con un Land Rover y las tablas. Llegamos a escribir, para pedirles asesoramiento, a Félix Rodríguez de la Fuente, César Pérez de Tudela y Miguel de la Cuadra Salcedo (a este último con su nombre y simplemente “Pamplona” como dirección). Sin respuesta, claro.

También escribimos a las embajadas de los países africanos.

Un día de febrero Javier y Antonio bajaron a Mundaka, viento sur, perfecto. Vieron las olas, no había surfistas y se pusieron los neoprenos. Entraron al agua y empezaron a entrar series cada vez mayores, remaban hacia Izaro y al final salieron como pudieron detrás de Santa Catalina. 4 metros? Más?

Otro día yo navegaba, con mi amigo Fermín Uribesalgo, de Ondarroa a Mutriku en su velero. Yo no había aprobado el examen de Patrón de Yate todavía y no sabía como funcionaba. Fermín no sabía como funcionaban las velas de su velero, siempre iba a motor. Cuando íbamos llegando al puerto de Mutriku, un cabo se enganchó con la hélice y se paró. A pocos metros de las rompientes con olas de tres metros. Yo saqué las bengalas que habían caducado hacia unos años … al final Fermín desenganchó la cuerda y pudimos llegar a puerto.

En esos mismos momentos, al otro lado de Punta Alcolea, Antonio, su hermano Javier y Carlos Álvarez cogían olas. De repente llegó un guardia civil que les hizo señas de salir. Primero no le entendieron, segundo no le hicieron caso (las olas eran muy, muy buenas), tercero el guardia civil -«salgan ustedes que disparo»- sacó la pistola y empezó a disparar al aire, cuarto salieron escopetados y quinto les llevaron al cuartelillo. Ya te digo! Lo de la Barceloneta, tonterías!

Lo que digo, un pionero!

Antonio quedó campeón de España en Rodiles en 1977 mientras que yo quedaba segundo e Iñigo Letamendia tercero.

Un día se rayó y dejó el surf. Porque? Les pasó a muchos, … o a algunos. El cambió de los 70s a los 80s fue importante, De tablas de una quilla y más de 7 pies a tablas de 2 quillas o tres y menos de 6 pies.

Ahora corre por Vitoria a toda pastilla. Corre por el malecón de Zarautz, y corre por el voladizo que va de Zarautz a Getaria, encima del mar, encima de las olas. En realidad, como dice mi amigo Mario, vuela por encima del mar.