La web de surf

por Eduardo Erasun

Paisajes duros, en donde reinan las aguas a 3ºC, los vientos heladores, el granizo, lugares inhóspitos con la única compañía de ‘locales’ con más de 130 kilos, como los leones marinos , las focas y los pingüinos.

Efectivamente, no es el destino más atractivo para la práctica del surfing. Y mucho menos para pasar seis meses de acampada, viviendo como nómadas con el fin de encontrar la ola perfecta. Y como las olas enganchan, los hermanos huyeron de los tópicos y se propusieron surfear la costa  más fría de su Argentina natal, La Patagonia.

En el mapa marcaron su destino final, la Isla de los Estados, el punto más al sudeste del continente americano. Por delante les esperaban más de 3.000 kilómetros. Fruto de ese viaje nació su segundo documental: ‘Tierra de Patagones’, que se presenta en la novena edición del Santander Surf Film Festival Classic.

Joaquín y Julián tienen 26 y 28 años, a ambos les une su pasión por el mar y el surfing y juntos se hacen llamar ‘Los Gauchos del Mar’.

Estos gauchos marinos prepararon su todoterreno con dos bidones extra de gasolina, 30 litros de agua, ollas para cocinar, una tienda de campaña, sacos de dormir, una videocámara y poco más, ya que como reconoce Joaquín, “en La Patagonia solo se puede comprar avituallamiento en las ciudades, ya que hay muy pocos pueblos y por lo general no tienen muchas tiendas”.  Y añade que “para comer a veces pescábamos y, otras, nos invitaban las personas en donde buscábamos las olas”.

tierra-de-patagones1

Quien piense que en ‘Tierra de Patagones’ va a encontrar olas perfectas, surfing moderno y chicas despampanantes se equivoca.

Aquí prima la aventura y el encuentro a pecho descubierto con la naturaleza. Son 75 minutos que reflejan una vuelta a los orígenes del surfing a través de la voz en off de uno de sus protagonistas. La imagen de ellos dos en mitad de un lugar tan agreste y solitario provoca miedo.

“No tuvimos sensación de miedo, pero sí de respeto hacia el lugar y los cientos de lobos marinos que aparecían en algunas de las remotas olas que fuimos encontrando”, afirma Joaquín Azulay. Y sobre esas olas desiertas, ¿qué encontraron? “A pesar de estudiar mapas, cartas náuticas y la ayuda de google earth, en algunos casos no nos sirvió de nada, y en otros andando, conduciendo o navegando terminamos encontrando olas que no habíamos visto con las herramientas de búsqueda. La improvisación reinó en nuestro viaje”. Continúa explicando que “la costa es muy irregular y la mayoría de las olas que surfeamos rompían sobre rocas. Y si le añadimos que las mareas son muy amplias y las marejadas inconsistentes, convierten el viaje en un verdadero reto”.

Otro de los puntos peculiares de su viaje fue la ausencia de surfistas autóctonos. “Encontramos muy pocos surfistas en La Patagonia, pero los pocos que encontramos nos recibieron con los brazos abiertos y con ganas de compartirlo todo.  Ahí se ve la gran diferencia con las playas más saturadas de otros lugares del mundo”. Sin embargo, establecieron contacto total con los lugareños. Gente del campo y del mar, dura, fuerte y honesta, que conviven con la naturaleza y que no dudaron en abrir las puertas de sus casas y de sus costumbres para enseñárselas a estos jinetes de la mar.

Surf a  3ºC en La Patagonia

Fue un viaje largo con cientos de anécdotas y, entre ellas, el menor de los Azulay recuerda el destino final, la Isla de los Estados, cerca del puerto de Ushuaia, en plena Tierra de Fuego. No fue fácil encontrar un marino local que se aventurase a explorar la Isla de los Estados, una zona temida por pescadores y navegantes debido a sus numerosos naufragios. Tras varias negociaciones, contactaron con el veterano capitán Mono Da Milano y a bordo de su velero, el ‘Mago del Sur’, se aventuraron hacia lo desconocido. Las previsiones señalaron una fuerte tormenta sobre su destino, pero nada les acobardó.

“Cerca de la isla, las condiciones empeoraron y perdimos la zodiac de apoyo, que terminó varada bajo un acantilado.  Era imposible rescatarla con el velero y no había otra forma de recuperarla que tirarnos al agua helada de 3ºC.  La tormenta se aproximaba, no conocíamos esa isla, ni sus corrientes, pero si queríamos surfear y explorar la Isla de los Estados no quedaba más remedio que ponernos los trajes de neopreno y rescatarla. El capitán nos ató un cabo a la cintura y remamos sobre las tablas hasta las rocas… las olas no nos lo pusieron fácil, pero la recuperamos y todo salió bien”, explica Joaquín.  Tras doce días explorando la costa de la isla la pudieron surfear en su despedida.

tierra-de-patagones2
“No era la ola soñada, pero sí que era la ola del fin del mundo”, relató Joaquín Azulay.
Cuesta imaginar a estos ‘gauchos marinos’ trabajando en una oficina, y eso que uno es administrador de empresas y el otro arquitecto.  Curiosamente, sus aventuras surferas les han llevado por otros derroteros. Su primer gran viaje transcurrió entre California y Argentina: 30.000 kilómetros en un todoterreno, con el que cruzaron 13 países en 403 días, 1.500 dólares en el bolsillo y una cámara de vídeo.El resultado fue el documental ‘Gauchos del Mar’.

“A través de la documentación de los viajes y las olas terminamos haciendo cine, videos y documentales casi por error, ya que nuestras carreras poco tenían que ver con ese rubro.  Y ahora nos dedicamos a esto”, relata el menor de los hermanos Azulay. Este cambio de rumbo no les ha dado mal resultado. ‘Gauchos del mar’ se vendió en varios canales de TV y en plataformas temáticas.

Ahora están presentado  y distribuyendo “Tierra de Patagones” en varios festivales por todo el mundo, en donde han cosechado numerosos galardones…y ya piensan en el próximo documental: África.

FILM Y DVD DISPONIBLE: http://www.gauchosdelmar.com/index/home/shop/indexesp.html
DOCUMENTAL DISPONIBLE EN: https://vimeo.com/ondemand/tierradepatagones

tierra-de-patagones3

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *