Ericeira, un pueblo que siempre ha mirado al mar pero que en los últimos años lo ha hecho de otra manera. Sus pescadores hoy se mezclan con jóvenes venidos de todos los lugares de Europa en busca de surfing y sol. Un pueblo que se ha volcado con el surf sin perder su encanto original. Tanto es así que Ericeira es considerada como «Reserva mundial del surf» y en su litoral podemos encontrar olas en abundancia y de diferentes tipologías; algunas tan conocidas como Cave o Coxos.
Pero la gente del Duct Tape no venía a partirse la crisma, por eso se escogió Ribeira d`Ilhas, el más emblemático de los spots de la localidad portuguesa; una ola larga, con empuje y apta para tablonear.
Un evento como este no es una cosa sencilla de gestionar, porque va mucho más allá de que unos cuantos surfistas venidos de todo el mundo se pongan una lycra para enfrentarse en una manga. El Duct Tape es un privilegio de encuentro en el que ciertos elegidos por el maestro conviven bajo un mismo techo. El dedo divino de Joel Tudor escoge, y aunque pueda resultar pintoresco ver al maestro todo el día canuto en mano, nadie duda que él es sin duda la referencia a seguir en el logging clásico. En cierto modo el campeonato es a veces lo de menos, y el hecho de estar bajo el mismo techo contribuyó a la mezcla, al charloteo y al buen rollo en general. Otras actividades como el Festival de tablas y estrenos como el nuevo vídeo de Ainara Aymat y el de Nathan Fletcher, añadieron además un punto diferente al evento.
La llegada masiva de americanos y aussies coincidió con un precioso mar con vientos flojos que dio una calurosa bienvenida a la comitiva. Muchos europeos, por tenerlo más a mano, llegaron algo más tarde y se perdieron el día más bonito de todos, perdidos por las carreteras de Castilla León