Pese a que el campeonato de Maui (última prueba del circuito femenino) aún no ha terminado, la pronta e inesperada eliminación de Sally Fitzgibbons en ronda 2 (hasta entonces nº1 del Tour), así como la de Courtney Colongue en Ronda 4 (puesto nº3 ) han favorecido que Tyler, que se ha colado en semis manteniendo vivas sus posibilidades de triunfo en Maui, se corone campeona del mundo por segundo año consecutivo.
Tyler Wright, considerada siempre como una de las favoritas, se lleva el título tras una temporada marcada por su regularidad (su peor puesto ha sido un ·13) y la competencia en los puestos de cabeza que mantenía con esperanzas a todas las chicas del Top 5.
Y es que Tyler es conocida precisamente por su tenacidad y constancia en en el entrenamiento, en este caso a cargo Glenn Hall (también entrenador de Wilko), otro que también ha de estar de celebración debido a los magníficos resultados que está cosechando como ‘coach’.
De hecho Tyler se ha convertido para muchos todo un ejemplo a imitar al superar una lesión de espalda (sufrida en Portugal) y cerrar su temporada de forma tan brillante, lo cual no deja de mantener cierto paralelismo con el caso de su hermano Owen, lesionado gravemente en Pipe y de vuelta al Tour en su mejor estado de forma. ¡Menuda genética tienen los Wright!
En fin, si bien el nivel general de las chicas ha subido como la espuma a lo largo de estos últimos años, sí que podemos distinguir una pequeña élite donde, por encima del resto, se hallarían Carissa (anterior campeona), Steph Gilmore, Sally Fitz, Nikki Van Dijk, Lakey Peterson, C. Clongue y la citada Tyler Wright.
Este grupo, en el que también podríamos incluir a Coco Ho pese a su discreta actuación competitiva, evidencia que, al igual que sucede en el circuito masculino, la pelea por el triunfo final ya no es cosa de dos o tres nombres sueltos.
De hecho, si hace años surfistas como Lisa Andersen, Rochelle Ballard o Layne Beachley lograron elevar la atención del surf femenino a la primera plana, todos estos nombres que hemos citado anteriormente han catapultado el nivel de forma exponencial en cuanto a potencia y repertorio. Por eso no es de extrañar que, año tras año, la infraestructura y los seguidores del circuito femenino se multipliquen y la expectación (y ventas de camisetas con dorsal) que generan estas chicas sea equiparable a la de Medina, JJF, Fanning y compañía.