Varios cientos de surfistas y defensores del medio ambiente asistieron a una reunión celebrada, curiosamente, a unos 70 kilómetros de Trestles, para luchar por uno de los mejores Parques del Estado del sur de California. Según el testimonio de representantes de Surfrider Foundation, tras la votación allí realizada se denegó el permiso para construir el segmento de 5,5 millas de carreteras de pago que se había propuesto pasar por la zona.
Esta votación supone otra victoria para los surfistas que llevan años luchando para salvar Trestles, y llega solo tres años después de que la Comisión Costera de California parara la propuesta inicial de una carretera de pago de 16 millas que atravesara el Parque Estatal de San Onofre. Los principales impulsores de este proyecto volverán a la carga, pero por ahora existen razones evidentes para celebrar esta victoria coordinada entre surfistas y medioambientalistas.
Sin embargo, en Sudáfrica la cosa no pinta tan bien. La construcción de una planta de energía en J-Bay podría comenzar el próximo año, y operaría a partir de 2022. La propuesta de desarrollo de una planta de energía nuclear ha provocado indignación entre un amplio sector de surfistas y miembros de la comunidad local. La construcción de la planta de energía, que ha sido objeto de intensos debates, está programada para comenzar a principios del próximo año en Thyspunt, situada a 10 km de J-Bay.
Cuando esté construida se convertirá en la mayor instalación de energía nuclear en el país. Algunos informes estiman que 6,3 millones de metros cúbicos de arena serán bombeados en alta mar durante la construcción de la planta. Los críticos argumentan que la afluencia de arena puede afectar en gran medida a la calidad de la formación de olas en J-Bay, que también podría obstaculizar la economía local.
En una cita publicada en SaveTheWaves.org, Mick Fanning levantó su oposición a la construcción de la planta.
«Un acontecimiento de esta magnitud en un tramo de costa tan conocido en el surf es inaceptable y causará enormes daños al medio ambiente.»
El gobierno de Sudáfrica ha señalado que una de las principales razones de su apoyo a la energía nuclear se deriva de su deseo de reducir las emisiones de dióxido de carbono. Una gran parte de la energía que consume actualmente Sudáfrica se deriva a partir del carbón.
Un reciente informe de la ONU situa a Sudáfrica como el 14 º mayor emisor de dióxido de carbono.