En este caso, la película sigue a Russel en su propia aventura para documentar las olas más impresionantes surfeadas hasta la fecha. Hasta ahora ha realizado algunas de las mejores fotos que se hayan sacado en las olas más peligrosas de Australia, y parece que se encuentra trabajando duro para mejorar su faceta en este campo. Como él mismo menciona en el video, “un punto de vista impactante del océano no se puede obtener sin un poco de riesgo”.
Con las cámaras digitales y Instagram convirtiendo hoy en día a todo el mundo (y sus novias) en fotógrafos/as, historias como ésta demuestran que no todo lo que reluce es oro, hace falta mucho más para ser considerado fotógrafo de surf.
Ya tenemos ganas de ver el documental terminado. El proyecto está planteado con crowd-funding y de momento puedes hacer tu donación aquí…