¿Es este un fenómeno que también ocurre en nuestras olas? Lo cierto es que cada vez se ve más gente los días de olas grandes.
La noticia de estos días ha sido el tremendo swell que ha azotado prácticamente a todo el hemisferio norte. Hemos visto olas monstruosas tanto en Jaws como en Mavericks. Y todos somos partícipes de las condiciones en las que el Cantábrico se encuentra estos días. No obstante, el verdadero protagonista de todo ésto no ha sido el bajadón de turno o el ‘wipe out’ del año, sino los efectos secundarios de este ‘boom’ del surf de ola grande que ha hecho hablar a chargers como Albee Layer.
La polémica surge cuando Albee afirma que últimamente en el agua hay ‘más pelotas que cabeza’, poniendo en tela de juicio la preparación física y el nivel de muchos de los que colpasan el pico en las olas mencionadas anteriormente.
A ello se une el hecho de que esos picos son cada vez más mediáticos y se ven invadidos por gente ávida de romper límites y pulverizar récords, lo cual hace que en el agua haya más motos portando fotógrafos o pilotos de drone que salvavidas.
Es cierto que cada vez que circula por la web un vídeo de ola grande, el pico se ve más y más lleno. Jaws empezó siendo una ola de «Tow-in», no había discusión. Era la época de Laird Hamilton. Poco a poco los días sin viento (algo raro en Maui) unos cuantos se atrevieron a darle a remo. Hoy en día hemos llegado al punto en el que hasta los días que hay algo de viento suele haber gente. En baños donde antes apenas había 10 tíos ahora vemos 30, 40 o incluso más. Esto no sólo repercute en el ambiente, transformando esa especie de comunión mísitica con un mar embrabecido en una carrera competitiva por la foto de cabecera, sino también en el aumento de situaciones críticas por sesión.
Entendemos que la peña esa a la que se refiere Albee son gente que está perfectamente preparada para pillar casi cualquier ola en el mundo…pero es que hablamos de Jaws. Otra división. Con más y más tíos, la peña cada vez se mete más profundo en un pico que no es moco de pavo. La consecuencia directa son comidas de serie, tablas volando por los aires, inventos rotos con 10 pies a la deriva.
Y ahora nos hacemos otra pregunta. ¿Es este un fenómeno que también ocurre en nuestras olas? Lo cierto es que cada vez se ve más gente los días de olas grandes. Un fenómeno que suponemos va ligado a la madurez que va cogiendo el surf en nuestro país. Hoy sin ir más lejos en spots como Amuitz o Roka Puta la concurrencia era alta teniendo en cuenta el calibre de olas que había; olas en las que algunos años atrás surfeaba muy poca gente, o directamente nadie.
¿La conclusión de todo ésto? Que la motivación es el primer paso de la evolución, ok. Pero antes de nada deberíamos ser capaces de ver cuales son nuestros límites e ir superándolos poco a poco, de forma comedida y razonable y sin poner en peligro nuestra integridad ni la del resto. Iniciativas como la de la Federación Gipuzkoana, que anualmente imparte cursillos de preparación con gente experimenteada como Andoni Fdez. Ostolaza y Jokin Solbes, son el camimo a seguir.