Tras las increíbles olas del primer swell, mi buen amigo Ramón Navarro nos acogió en su casa para cenar. Alli checkeamos los partes y nos comentó que con los siguientes vientos sería buena bajar hacia el sur. Nos apuntó unas cuantas olas en un papel, y marchamos hacia allá... Ese lugar es épico, lleno de bosques y playas en el que surfeas prácticamente solo…es increíble