Soy Gorka Gil y tengo 25 años. Nací en Inglaterra por trabajo de mis padres, crecí en Donosti y actualmente vivo en Santander, donde dedico mi tiempo por una parte a trabajar como diseñador gráfico freelance, y por otra a pintar y explorar proyectos creativos. En el mejor de los casos consigo unir estas dos partes de mi trabajo, y Ametsak es un ejemplo de ello.
Desde pequeño pintaba y mostraba entusiasmo por las manualidades. Sin embargo, como nos pasa a muchos, poco a poco fui abandonando mi lado creativo al hacerme mayor. Y no fue hasta que me vi terminando bachiller mirando de frente a una carrera de cuatro años de ingeniería o arquitectura que me di cuenta de que lo que realmente quería era reconectar con mi yo creativo. Fue entonces cuando encontré el diseño grafico, algo que me apasionó y lo sigue haciendo a día de hoy. Y precisamente a través del diseño volvía disfrutar de la ilustración, y progresivamente fui re-descubriendo la pintura y el arte.
La idea de hacer un proyecto así llevaba rondando mi cabeza casi dos años, simplemente no sabía qué quería hacer exactamente. En enero de 2021 decidí trazar una línea y ponerme serio con el tema y comencé a conceptualizar la idea de una publicación en papel. Aún no sabía si iba a ser una revista, un libro, o un simple fanzine, solo sabía que, si me embarcaba en algo así, tenía que hacerlo bien. ¡Print is not dead!
Con Ametsak quiero transmitir una visión diferente del mundo en el que vivimos. Quiero poner al lector en el punto de vista de los creativos, y dar la oportunidad a la gente de verlo como lo vemos nosotros. La intención de este proyecto, de una manera más poética, es hacernos ver que el mundo de los sueños es real y que, a pesar de ser intangibles, forman parte de nuestra realidad. Todo esto mediante historias y personajes relacionados con el surf, skate y snowboard, claro.
Descartando el diseño, el arte, el mar, el skate y el snowboard, confieso que me ha llevado unos minutos pensar qué otros hobbies tengo, ya que eso es prácticamente todo lo que hago. Pero tendré que decir que una buena Thrasher o cualquier publicación de alguien a quien cuyo trabajo admire. en el sofá con mi perrita dormida a mi lado es una de las mejores cosas que hay.
Esta es muy muy difícil. No es para escuchar a todas horas, ni mucho menos. Pero creo que hay pocas canciones que me transmitan tanto como Deliver me – Parway Drive. Pelos de punta cada vez que suena, ya sea conduciendo, pintando o patinando, me pongo loco con este tema. (estoy escribiendo esto al ritmo de la canción ☺)
Mi día perfecto empezaría con un baño de madrugón solo con dos colegas, de esos que no te cuesta despertar porque sabes que va a estar épico. A media mañana llegar a mi estudio y tener un día de esos súper productivos cuando todo sale bien. Comer algo delicioso y vegano y cuadrar otro baño aún mejor que el anterior con mi pareja. Después no podría faltar un paseo por la playa nuestra perra y terminar cenando un bocata de falafel con unos amigos.
Voy a mentir un poquito (jeje). Podría considerar Las Landas como uno de mis spots favoritos por la sensación de haber descubierto una joya cada vez que encuentras una lengua de arena perfecta. También tendría que mencionar Andrín, por ser una ola única en el mundo y probablemente de las playas más bonitas que existe.
El surftrip lo tengo claro, me quiero ir a Irlanda de cabeza. Si, lo sé, frío, lluvia y agua helada, pero esos slabs… Podéis quedaros con Bali si queréis, yo me voy a Riley´s.