¿Cómo recuerdas el campeonato mundial de 1965 y qué es lo que más recuerdas de esos días?

El campeonato se celebró en Punta Rocas (Perú), una ola relativamente nueva en aquella época. El día del campeonato amaneció con mar grande y con mucha neblina. Era imposible ver las olas pero se escuchaba claramente un constante rugido. Cuando levantó la neblina todos quedamos impresionados con el tamaño de las olas. El mar grande favoreció a los tablistas acostumbrados a ola grande y yo estaba entre ellos porque llevaba dos años viviendo en Hawaii.Recuerdo haber sido el único peruano en la final y también recuerdo que estaba diciéndome a mí mismo: “con llegar a la final ya quedaste bien; ahora busca la ola más grande y arriesga todo. Nadie ha entrenado más, nadie se ha sacrificado más, nadie se lo merece más que tú”.

Recuerdo también que estuve a punto de ahogarme por no soltar la tabla (ese campeonato se corrió sin invento) en un revolcón corriendo una izquierda. Al salir del agua muchas personas me dijeron que había ganado pero yo no les creí hasta que anunciaron los resultados y entonces me cargaron en hombros.

¿Con qué tabla ganaste el campeonato mundial?

Con una Greg Noll de 10’4 semi gun.

¿Cuáles eran las maniobras más comunes en los sesenta?

Durante la primera mitad de los 60 no se hacían muchas maniobras. En olas pequeñas se corría en la punta de la tabla y en olas grandes se agarraba la ola y se pasaba la espuma sin que te tumbara. El bottom turn que aprendí de un gran surfista y amigo hawaiano, Kealoha Kaio, me ayudó a ganar el campeonato mundial.

Eres contemporáneo y amigo de muchas de las grandes figuras del surf. ¿Quiénes eran tus compañeros habituales en los días grandes de Sunset, Waimea, etc.?

Mis amigos íntimos eran Bobby Cloutier, Kealoha Kaio, Charlie Galanto y George Downing. Con ellos corría olas a diario. Además de ellos surfeaba frecuentemente también con Ricky Grigg, Peter Cole, Eddie Aikao, Ben Aipa, Butch Van Arsdalen y algunos otros.

A lo largo de tu vida habrás vivido unas cuantas situaciones peligrosas en el agua
Situaciones de peligro surfeando en Hawaii las tienes cada semana durante toda la temporada de olas, que dura 5 meses. Algunas veces las tienes 2 veces al día así que imagínate con tantos años corriendo olas en Hawaii las historias que te podría contar.

«Surfeé un tsunami»

¿Alguna en especial?

La más memorable fue la que nos sucedió a Pitty Block y a mí cuando entramos a surfear en Punta Hermosa (Perú) minutos después del terremoto de 1974. El terremoto duró como dos minutos y nosotros entramos a la Isla en Punta Hermosa con la idea de correr lo que venga. No contamos con la posibilidad de que el mar se retiraría y nos arrastraría mar adentro, como en realidad sucedió.

Después de pasar momentos realmente aterradores en medio de un mar caótico e impredecible, logramos cruzar la bahía y agarrar cada uno una ola de esas que llaman “tsunami”, del tamaño de una casa de 2 pisos.

Nos han contado que has investigado mucho sobre los orígenes del surf. ¿Qué has averiguado en estos años de estudio e investigación?

Múltiples conversaciones con el gran aventurero y científico Thor Heyerdahl y lecturas de la historia marítima del Perú me han convencido de que los antiguos peruanos corrían olas antes que los tahitianos o los hawaianos, utilizando los Caballitos de Totora desde hace 4.000 años aproximadamente, aunque recientes descubrimientos arqueológicos aumentan su antigüedad. Este es, sin duda, el origen ancestral de nuestro surf moderno.

¿Cómo es tu día a día?

Mantengo buenas costumbres con disciplina y constancia. Practico ejercicio a diario y cultivo mi salud. Recuerdo mis prioridades y agradezco diariamente lo afortunado que soy en poder seguir viviendo los sueños de mi juventud.

Pasas la mayor parte del año en Hawaii pero todos los años desde hace casi 30 te escapas en los meses de verano a tu pequeño Surf House. ¿Por qué Indonesia?

Hace más de 25 años, durante un surf trip en barco por Indonesia, descubrí un lugar con olas constantes de gran calidad, perfecto sobre todo para surfistas de más de 40 años.Es un lugar privilegiado donde las olas, el clima y la comida me hacen sentir rejuvenecido. Es una experiencia que queremos compartir.

Después de varios años de pasar allí largas temporadas alquilé un terreno y con mi socio Diego Arrarte construimos el Malole Surf House, un pequeño lodge orientado a aquellos que buscan un surf de calidad con todos los servicios, una comida sana y de primera calidad y un trato cercano y familiar.

Es un lugar perfecto para personas interesadas en mejorar su surf, su salud y rejuvenecer.

Desde muy joven te centraste en el surf de olas grandes y hoy en día sigues surfeando olas que a la inmensa mayoría de los surfistas los mantienen fuera del agua. ¿Es algo adictivo?

Para mi es probable que ahora mismo me atraiga más la aventura que el tamaño de la ola. Nuestros ancestros salían diariamente a cazar, y eso era una aventura. La tabla te da ese tipo de sensaciones y por eso uno acaba cansado, contento y con hambre después de haber cazado unas olas.

También es muy bueno para mantener y desarrollar la salud si se complementa con otras buenas costumbres.

En los últimos años estamos siendo testigos de la política de expansión que las grandes compañías del surf, textiles en su mayoría, están realizando a través de una difusión del deporte sin precedentes a nivel mundial, incluso con la organización de importantes campeonatos en países con poca o nada tradición surfera, pero con un enorme mercado potencial, como China. ¿Crees que este tipo de actividades empresariales están generando una mayor masificación en el agua?

No hay duda que la publicidad y las escuelas de surf aumentan el número de tablistas en el agua. Sería deseable que los tablistas nos interesásemos en temas como la educación ambiental, ecología y el respeto para defender el hábitat en el que desarrollamos nuestra actividad y la salud del mar.

¿Cómo has vivido la masificación de muchos de los spots que has conocido a lo largo de tu vida? ¿Has tenido que modificar tus costumbres y lugares donde practicar o te has adaptado a las nuevas circunstancias?

Ambas. Durante 30 años viví en Sunset Beach, en el North Shore de Oahu. Con el paso de los años la vibra en el agua se tornó hostil y el tráfico vehicular insoportable, así que cambié de isla.

¿Cómo ha influido el surf en tu vida?

El surf ha sido la mayor influencia en mi vida. Considero que tengo muchísima suerte de haber encontrado un deporte que me apasione y me haga feliz. Fue por el surf que viajé a Hawaii. Es por el surf que vivo en Hawai. Y es gracias al surf que llevo una vida muy sana. Esto me permite tener muy buena salud y seguir surfeando.

¿Cuáles son tus metas para los próximos años?

Desarrollar mi salud, mantener mi juventud y seguir surfeando hasta los 100 años.

Y ya para terminar Felipe, ¿Qué consejos darías a las nuevas generaciones que están siguiendo los pasos de los pioneros que comenzasteis a desarrollar el surf como deporte y como estilo de vida?

Valora tu salud. Aprende lo que puedas sobre alimentación, ejercicio y salud.
Aléjate de las malas costumbres y de las malas influencias.
Aprecia y cultiva tus verdaderas amistades.
Encuentra otra pasión además del surf. El surf es maravilloso y apasionante pero es necesario buscar un balance en la vida. Eso significa encontrar la manera de también ser productivo y contribuir a la comunidad.
Como surfista, lo más alto sería aspirar a desarrollar tus habilidades al máximo y participar en la protección del mar y sus olas.