Puede que nos toque muy de cerca y por eso el día de ayer fue uno de esos en los que uno recuerda dónde y cuándo le dieron esta terrible noticia. Obviamente pudo ser mucho peor, pero no deja de ser una gran putada, por muchas razones.
El fuego arrasó con todo y Olatu estaba repleto de cosas de incalculable valor… de sueños y de ilusiones, pero también de familias cuyo sustento mensual venía de fabricar tablas de surf; y como no, de tablas que formaban parte de la historia de nuestro surf.
Teníamos la esperanza de que al menos se hubiera salvado la magnífica colección que había estado expuesta en la reciente expo de Wheels & Waves, pero por desgracia fueron llevadas a Olatu de nuevo sólo un par de horas antes de que comenzara el incendio.
Todo se ha ido, pero estamos seguros que remontará el vuelo de nuevo gracias al ímpetu de la familia Pukas y de sus trabajadores. Este tipo de acontecimientos suelen ser una buena oportunidad para coger impulso y desarrollar ideas que estaban con el piloto de standby.
Al menos los recuerdos quedan, y esa factoría ha hecho disfrutar a mucha gente desde 1988; eso queda ahí grabado a fuego en la mente de cada uno de nosotros.