¡Buenas Iñigo! Sin rodeos, ¡menudo tubazo! ¿Eres capaz de describirnos qué senIste en ese momento?
¡Muy buenas! La verdad es que el tubo fue un momento súper intenso. Al principio no tenía claro que podría hacérmelo, pero luego cuando conseguí enderezar la tabla y vi que salía fue guapísimo. Al salir estaban Rusti, Natxo, Kepa y más gente gritando y felicitándome, fue un momento de subidón y de alegría máxima.
Ante una sección como esa en Mundaka, tan intensa y complicada, ¿cuándo disfrutas realmente del tubo, dentro de él o cuando ya has salido con la cabeza intacta?
En mi caso se disfruta en ambos momentos, aunque creo que cada disfrute es diferente. Cuando estás dentro, la emoción es más intensa e incontrolable y cuando ya sales, la intensidad va disminuyendo y poco a poco de alguna manera se va posando. Luego fuera del agua es como si quisieras que esa sensación perdurara dentro de ti, pero lógicamente no se puede… jejejej y sigue transformándose. Finalmente queda un bonito recuerdo del día y de la ola, además tenerlo grabado de dos ángulos es un lujo.
Una vez que has podido ver las imágenes, ¿consideras que hacen jusIcia a lo que tú has vivido? ¿En qué medida las imágenes tomadas desde la atalaya consiguen transmiIr la intensidad de lo que se vive en la barra?
Sí sí, creo que las imágenes hacen justicia con las sensaciones de aquel día.
Además de la dificultad del tubo en sí mismo, a eso se suma el número de gente y el nivel cada vez más alto de los asiduos a Mundaka. ¿Qué dificultad entraña poder coger una bomba y salir victorioso de un tubo así hoy en día?
En mi caso la dificultad para coger una ola en mundaka es la gente que suele haber, aunque aquel día la dificultad no fue esa, ya que había olas para todo el mundo. Sin embargo, el mar estaba grande y constante, y no era fácil escoger una ola que abriera y poder surfearla, de hecho cogí bastantes que me cerraron o me caía. Además estaba surfeando con una tabla nueva twin fin, el modelo de Pukas Lady Twin, que me fue muy bien pero me estaba amoldándome a ella.
Hacíamos la pregunta anterior porque muchos se pensarán que entrar en Mundaka es sinónimo de hacerse tubos sin parar y la realidad es bien diferente. ¡Cuéntanos cómo es el día a día en la ola y cuántas horas hay inverIdas ahí para poder lograr un momento como este!
Lo de hacerse tubos sin parar diría que es para unos pocos privilegiados en la barra o tal vez ni eso. El día a día es súper competitivo y en mi opinión hay muchos factores que explican la “convivencia” de los asiduos en la misma. En mi caso concreto yo intento ir cada vez que puedo, y aunque muchos días son frustrantes, de vez en cuando cuadra una ola buena, como la del vídeo y ya merece la pena jejejeje
Además de Mundaka, también Ienes un vínculo especial con Roka Puta o Sorginetxe, spots menos ‘tuberos’ pero igual de intensos de otra manera. ¿Qué te une a esos spots y qué te transmite el mero hecho de entrar al agua los días grandes?
En Sorginetxe he tenido la oportunidad de surfear bastantes ocasiones en los últimos años, sentirme cómodo en el agua y coger buenas olas. Roka Puta la he surfeado menos y para mí es otra película. Me parece una ola más dificil y técnica de surfear, se puede poner una sección de tubo en una ola de de 4 metros que yo no sé surfear, otro nivel. Las olas son diferentes aunque hay que decir que en las dos puedes comer de lo lindo.
Habiendo cada vez más gente en el agua, ¿son los días complicados, en los que la ola hace selección natural, la úlIma opción para poder pillar más y mejor? ¿Dónde establecerías ese límite entre dificultad, riesgo y recompensa?
En mi caso el tema de las olas grandes ha sido un proceso lento a lo largo del tiempo. Es verdad que hay menos gente en al agua, cosa que se agradece, pero claro es porque hay cierto riesgo. En ocasiones puede haber una sensación de ambivalencia, es decir, quieres entrar pero al mismo tiempo da miedo y te quedarías más tranquilo fuera. La sensación de estar en una situación que te supera un poco, a mí me gusta porque puedes dar un pasito para adelante y adquirir confianza. Si la situación te supera por mucho creo que hay más probabilidad de dar varios pasos hacia atrás en tu progresión. Coger una ola grande es una gran recompensa muy gratificante y también lo es el poder gestionar una comida de manera adecuada.
Cuando uno logra coger un tremendo olón, ¿qué le queda por hacer en dicho spot? ¿Llegas a notar como una especie de listón difcil de superar? ¿Dónde hallas la moIvación para seguir entrando y superarte?
Yo tengo mucho margen todavía para tirar hacia arriba. En Sorginetxe me gustaría surfear más grande de lo que he surfeado hasta ahora y en Roka Puta si consigo librar alguna ola un día de estos me conformo jejejej Hay otras olas que me motivan mucho y que he surfeado poco todavía, como Amuitz y Avalanche en iparralde.
Imaginamos que este momento va a acompañarte durante toda tu vida. ¿Qué otros grandes recuerdos -vinculados al surf- llevas tatuados a fuego?
Guardo otros grandes recuerdos de Mundaka, Sorginetxe, también los viajes a Indonesia y otros lugares. Aunque si tuviera que destacar un momento sería sin duda el viaje a Skeleton Bay en Agosto del 2017. Dos días de olas mega perfectas (como ocho mundakas seguidos uno detrás de otro jejeje) tirando tubos sin parar en todas las mareas, con muy poca gente y compartiéndolo con dos amigos. ¡Fue increíble! Faltan palabras para poder describirlo la verdad.
Hacíamos mención a la canIdad, cada vez más creciente, de gente en el agua, incluso en olas difciles como Mundaka, Roka Puta, Meñakoz… ¿En qué medida has ido notando un cambio en el ambiente del pico como consecuencia de dicho incremento?
Bueno, en primer lugar decir que yo soy uno de esos que se ha ido sumando los días que hay olas grandes. Creo que es normal debido en primer lugar a la ayuda de los chalecos, que da mucha seguridad. También destacaría los entrenamientos de apneas que realizo con Julen Larrañaga “Rusti” (Watermanak) y que me ha ayudado mucho a conocerme en situaciones complicadas y a poder gesConar el miedo y el estrés en le agua. Creo que estos dos factores ayudan a entender al aumento de gente estos días.
Al margen de este Ipo de olas icónicas, ¿te moIvan también los días pequeños ‘de playa’?
Sí sí, me encanta, además la playa de la Zurriola ofrece buenas olas de tamaño pequeño-medio todo el año y en esos baños estás con los amigos del agua y disfrutas de su compañía, una gozada.
Nada más Iñigo, ¡enhorabuena por tu tubazo! Y… ¡A ver si algún día nos toca a nosotros estar en tu pellejo! Jajaja. 😉
Muchas gracias y hasta pronto. Un abrazo.