Al día siguiente buceó en el reef donde había surfeado y encontró su reloj, pero ni rastro de la cámara.
Pues bien, un año después, Donald Eubank estaba buceando a unos 8 metros de profundidad cuando vio algo cuadrado que le llamó la atención. Se trataba de la cámara de Dennis. La abrió en su casa y para su sorpresa la cámara estaba intacta y funcionando perfectamente. Dentro de la tarjeta encontró 51 clips grabados de una persona surfeando. Hizo una captura de pantalla, la colgó en las redes sociales, enseguida identificaron a Dennis y se consumó el reencuentro para devolverle la cámara.