Es increíble cómo pasan los años. Mundaka Surf Shop cumple 40 años desde su fundación en 1985 por Craig Sage y su mujer Itziar. Hace unos días nos reunimos con él para hablar de todo lo que ha ocurrido en este tiempo (¡que no es poco!) y de la celebración que tendrá lugar en la tienda este sábado, 14 de junio.
¡Buenas Craig! Es para nosotros un verdadero lujo tenerte aquí ya que tu nombre está inevitablemente ligado a la historia de un ‘spot’ tan icónico y especial como es Mundaka.
Cuéntanos como llegaste y como fueron tus inicios con Mundaka Surf Shop.
La primera vez que vine a Mundaka estaba trabajando como socorrista en Inglaterra. Un escocés me comentó que en la costa ibérica rompían olas muy grandes —lo que más tarde descubrimos que era Mundaka. Cruzamos en ferry desde Plymouth hasta Santander y llegamos a Mundaka en septiembre de 1980. Fue la primera vez que vi esta ola.
Llegamos con olas de unos dos metros, un día muy potente, y casi nadie en el agua. Fue una experiencia alucinante. No estaba acostumbrado a esa fuerza en las olas, y la verdad es que me pilló por sorpresa.
Después de tres años trabajando como socorrista en Inglaterra, estaba de camino de vuelta a Australia para terminar la carrera —estaba estudiando Derecho. Pero pensé: “bueno, me quedo por aquí hasta Navidad”. Luego llegó enero de 1983 y decidí que quería quedarme e intentar hacer mi vida aquí. Fue entonces cuando conocí a la que hoy es mi mujer.
Empecé a dar clases de inglés en Bilbao. Fue una buena etapa.
Más adelante, mi hermano me escribió una carta diciendo que había abierto una tienda de surf en Noosa Heads, Australia. Me decía: “¿Por qué no vuelves, trabajas conmigo en la tienda y terminas la carrera de Derecho? Mamá está preocupada por ti”. Así que convencí a mi novia para irnos juntos.
Pero una vez allí, nos dimos cuenta de que teníamos que volver. A ella le costaba adaptarse, y su padre no estaba muy contento. El hecho de que no estuviéramos casados y estuviésemos viviendo en un país extranjero complicaba las cosas. Así que decidimos coger algunas ideas de Australia y volver con el plan de abrir nuestra propia tienda de surf.
Hice algunos contactos en la industria del surf y desarrollamos algunas ideas y conceptos que podían funcionar. Al volver, encontramos un local. En aquel entonces no había distribuidores reales, así que tuvimos que conseguir producto a través de distintos contactos. Por ejemplo, Maurice Cole nos ayudó con Rip Curl. Fue un comienzo duro, sin duda, pero lo sacamos adelante.

Nadie mejor que tú para analizar el devenir de Mundaka.
Con el paso del tiempo, ¿qué clase de cambios has ido percibiendo, tanto en la ola como en la comunidad local?
El surf en Mundaka ha evolucionado muchísimo desde sus inicios, sin duda. En cuanto al material —las tablas y los neoprenos— ha mejorado de forma excepcional. Pero lo que más ha cambiado es que ahora los jóvenes de 15 o 16 años dominan esta ola, algo que antes era imposible. Antes, esos chicos tenían demasiado miedo o sus familias no les dejaban meterse al agua. Esa es la mayor evolución que he visto.
Hace unas semanas, un lunes, estuve surfeando con Natxo González, Iker Acero, Eder, Iker Fuentes y otros chavales, y el nivel era excepcional. Fue un momento muy bueno, simplemente viendo a la nueva generación surgir, ¿sabes?
Ahora veo a muchos chicos locales que pronto dominarán el line up con un surf muy potente. Eneko, por ejemplo, es un surfista joven que rinde a un nivel muy alto: muy rápido, muy activo en el pico. También hay otros chavales aquí en Mundaka que aún son un poco tímidos, pero pronto harán notar su presencia.

¿Podrías contarnos un poco más sobre cómo decidiste abrir tu propia tienda de surf, que ahora celebra su 40º aniversario? ¿Cuáles fueron las principales motivaciones y los desafíos a los que te enfrentaste en aquel comienzo?
Estaba pensando en volver a Australia, pero al final decidí quedarme aquí por Navidad. Fue entonces cuando conocí a la que hoy es mi mujer. Las cosas iban bien, y algunos amigos me recomendaron dar clases de inglés en Bilbao, así que decidí probar a ver qué tal.
Además, como mucha gente pasaba por Mundaka, empecé a darme cuenta de que había una buena oportunidad para abrir una tienda aquí. Conseguí algo de trabajo, lo justo para poder vivir. Y con eso ya era feliz. Era rico en vida, ¿sabes? No era rico en dinero.
Para mi familia fue muy duro, especialmente para mi madre, que no lo entendía en absoluto. Había cartas constantes de ida y vuelta: “Vuelve a la universidad, termina la carrera. ¿Por qué te estás quedando allí?” Intentaba explicarle que había conocido a alguien muy especial para mí, y que probablemente iba a terminar viviendo en Mundaka.
Siento que estaba en el lugar adecuado en el momento justo. Tuve bastante suerte, la verdad.

¿Qué le recomendarías a alguien que hoy quiera recorrer el mundo, como lo hiciste tú en su momento?
Mucha gente me pregunta sobre viajar a Australia, que es un país muy acogedor para estudiantes con visado de trabajo. Cuando estuvimos en Australia hace dos años, hablamos con mucha gente de esta zona. Australia ofrece un visado de trabajo que permite quedarse varios años y adaptarse poco a poco, lo cual está muy bien.
Hoy en día también podrías intentar algo similar en lugares como California o Nueva Zelanda.
Pero creo que el mundo ha cambiado. Hoy es mucho más común —y más fácil— viajar durante dos semanas a sitios como las Mentawai o las Islas Canarias, que hacer lo que yo hice en los años 80. En aquel entonces, era posible viajar sin apenas dinero. Hoy en día, eso es casi imposible. Todo se ha vuelto mucho más complicado y caro.

Ya en plenos 2000’s, Mundaka se sitúa en el mapa del surf profesional pasando a ser cita del calendario CT, un evento del cual tu eres una parte esencial.
Háblanos acerca de esa experiencia, cuál era tu cometido y cómo viviste ese intervalo de tiempo irrepetible.
En los primeros años, cuando formamos el Mundaka Surf Club en 1987, y poco después se creó la Federación de Surf de Bizkaia, empezamos a organizar algunas competiciones locales aquí en Mundaka, como el campeonato de la BBK. Luego hicimos algunos Pro Juniors, creo que a mediados de los 90. Hacia finales de los 90, empezamos a hablar con Billabong. Un día, charlando en la oficina, salió el tema de que iba a haber un campeonato profesional en Anglet, y pensamos que Mundaka podría ser una sede alternativa.
Y así fue: acabamos haciendo la final aquí en Mundaka el 9 de septiembre, cuando ganó Occy. Ese día estuve ayudándole como caddy, y le pasé algo de información interna.

Después de eso, dimos el salto al WCT. Solo necesitábamos 27 horas de competición, y yo creía que era posible hacer el evento completo aquí. Estaba previsto para 2001, pero tras lo que ocurrió en Nueva York ese año, el evento se canceló. Así que volvimos en 2002, el año en que Andy ganó en Bakio, ya que tuvimos muy mala suerte con las olas en Mundaka. El año siguiente también fue complicado. Hicimos una manga el primer día y luego tuvimos que esperar nueve días para continuar. Fue muy duro, porque todo el mundo preguntaba: “¿Qué vamos a hacer?” Por suerte, tuvimos una pequeña ventana al final.
Luego llegó 2004, que fue un gran año de competición —cuando ganó Luke Egan. Después tuvimos algunos años más, pero, siendo sincero, fue muy complicado. Los surfistas eran muy exigentes y era difícil tener contentos a todos.
Recuerdo que una vez mi mujer me lo dijo —aquello era una locura total. Durante la competición, tenía que levantarme todos los días a las 5 de la mañana y trabajar hasta las 2 de la madrugada. Me dijo: “O realmente te encanta lo que haces o estás completamente loco”. Y yo le dije: “Bueno… creo que es un poco de las dos cosas”.
Para mí fue un auténtico placer ser el director de competición aquí en Mundaka y tener a surfistas de tan alto nivel en el agua.

¿Alguna anécdota que recuerdes de esos días?
Siempre había problemas — problemas externos, de aparcamiento, aglomeraciones. Recuerdo un día en que calculé que había unas 10,000 personas en Mundaka. Entonces vino la policía local y dijo: “Se acabó. El evento termina por hoy. Decidles a todos que se vayan a casa.” Y yo le dije: “Tío, no puedo hacer eso. Lo siento, no puedo. Es un evento de clase mundial y tiene que seguir.” Él respondió: “Pues declararemos estado de emergencia si no se hace algo.” Así que salimos por los altavoces y pedimos a todos que se apartaran de la zona de césped, que era peligrosa.
Otro año, mientras organizábamos el evento, los altavoces sonaban muy fuerte, pero al mismo tiempo había un funeral en la iglesia cercana. En un momento, el cura salió y dijo: “Paren. Estoy dando un servicio religioso por una persona que falleció.” Le dijimos que bajaríamos el volumen, pero que no podíamos detener el evento. Fue muy gracioso cuando apareció en el evento y todos pensaron: “¿Alguien murió o qué?” ¡Jaja!

¿Dirías que haber formado parte del Tour ha sido un antes y un después para Mundaka (como ola y como pueblo)? ¿Actualmente, tú o la comunidad local añoran que la ola vuelva a tener un lugar en el calendario del CT?
Creo que sería buena idea hacerlo en febrero, ya que el CT está en Portugal por esas fechas. Me encantaría que volviera, sin duda. Pero no me involucraría directamente, preferiría verlo desde fuera. Mundaka merece tener un evento.

Hace un tiempo, una surf shop era como un espacio de culto — un punto de encuentro para la comunidad local donde, además de comprar material, se comentaban sesiones y se veían vídeos. Luego, con la llegada de internet y las compras online, todo eso parece haber cambiado. ¿Qué opinas de este cambio? ¿Cuál crees que es el papel de las surf shops hoy en día? ¿Te atreves a pronosticar su evolución en los próximos años?
Creo que la magia de Mundaka es que tienes que venir aquí en persona. La gente disfruta venir y comprar productos que elegimos cuidadosamente pensando en ellos. Pero claro, internet está ahí. Los trajes de neopreno son probablemente uno de los productos que peor se venden en la tienda hoy en día, porque hay muchas ofertas en internet. Las tablas de surf son más difíciles de comprar online, y por eso creo que es importante venir a la tienda, hablar con nosotros y te recomendaremos lo que creemos que es mejor para ti.

40 años de la surf shop. ¿Cuáles son algunos de los mejores momentos que recuerdas?
Oh, vale, mejores momentos… Creo que en los primeros años siempre hacíamos una fiesta de Navidad en la tienda, eran tiempos muy especiales. Venían muchas familias y lo disfrutaban juntos. Sí, y todos los niños entraban, un poco menores de edad, y tomábamos ponche. Esos fueron muy buenos momentos. Antes había muchos surfistas aquí. Echo de menos esos días.
También cuando mucha gente venía a ver la competición. Hoy en día, todos la ven en el móvil, pero antes definitivamente era algo especial. Todos los niños venían con sus padres a ver la competición juntos.

Nada más, Craig — creo que ya te hemos dado suficiente la chapa por hoy, jajaja. Solo queremos decirte que ha sido un lujo pasar este rato contigo, analizando parte de la historia de nuestro surf. Si quieres cerrar la entrevista con unas palabras, tienes el micrófono abierto 🙂
Lo que siento de cara al sábado es que quiero celebrarlo con mi familia, mis amigos y la gente de Mundaka. Hay mucha amistad en la industria del surf y muchos buenos surfistas también. Tener toda esa mezcla y hacer una gran celebración juntos será genial.
Estoy feliz de haber pasado todos estos años trabajando con gente maravillosa. Espero ver a amigos que llevan mucho tiempo en la industria, como Enrique Artero, Javi Amezaga, Javi Buron, Fermín, Kike Panera… Hay mucha gente que ha estado aquí desde el principio.
Hay mucha historia y estoy feliz de disfrutar el día con todos mis amigos, incluyendo a Occy, ¡por supuesto! Va a ser muy bueno verlo.