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Carlos Brage, Stephen Gallop y el fotógrafo Jim Kenen fueron al mediodía ilusionados con un parte que prometía mucho, pero que les recibía con viento noroeste y luz muy mala para hacer fotos. Tras un baño mediocre, fueron a comer, cuando de repente cambio el viento a offshore, que dejaba olas de 1 metro perfectas…según decían ellos mismos, hacía años que no lo veían así de bueno.
Con los nervios, Stephen se dejó las llaves dentro del coche…un problema que resolverían más tarde. La prioridad era surfear.