Visto lo visto, y a raíz de la insólita situación que vivimos hace unos meses tras la cual prácticamente toda la península se quedó sin suministro eléctrico durante más de 10 horas, ¿os imagináis un hipotético apagón única y exclusivamente orientado a ‘swell forecast’ y webcams costeras?

El ‘ciber ataque’ bien podría ser perpetrado por el S.L.F (Sindicato de Locales Furibundos) en una época en la que las playas ya se van llenando más de la cuenta.

Y es que el ‘solecito’, el agua más caliente, los días largos y el verano a la vuelta de la esquina, hacen las delicias de muchos, pero también el cabreo estival de otros tantos.

¿Qué ocurriría en caso de que los partes de olas y las webcams dejasen de funcionar durante semanas o incluso meses? ¿Seríamos capaces de pronosticar los baños en base a las pistas que nos da la madre naturaleza? Algo que nos dice que nanai.

Atrás ha quedado aquella sabiduría natural gracias a la cual nuestros ancestros eran capaces de pronosticar el clima.

Antaño, el color del cielo al anochecer daba pistas acerca de posibles tormentas nocturnas o bien amaneceres sosegados. Del mismo modo, la forma y la textura de las nubes estaban asociadas a un viento predominante, al igual que los cambios de temperatura alertaban de la llegada de un anticiclón o una borrasca.

Hoy en día, ¿quién repara en todo esto?

La inteligencia artificial parece haberse comido con patatas al instinto natural.

¿Y las mareas? ¡Ya nos imaginamos toda una red de traficantes en relación directa con los pescadores y perceberos de cada zona, a fin de nutrir el mercado negro con aquellos viejos calendarios de mareas que solía atesorar la gente de mar! ¡¡De qué manera se iba a revalorizar el papel impreso!! ¿Verdad?

En fin, que sin ‘cams’ ni ‘forecast’, ¡menuda cantidad de sesiones que ibamos a perder todos!

Bueno, no todos. Los integrantes de la S.L.F. seguirían yendo única y exclusivamente a su playa, día tras día, esperando materializar en algún momento ese sueño húmedo que es pegarse un buen bañito con un puñado de amigos. Por otra parte, esos otros surfistas que por motivos geográficos sí cambian a menudo de playa… Pobrecillos, ¡estos sí serían los auténticos afectados! ¡¡A dejaros el sueldo en calendarios y gasoil!!

Bueno, tonterías a parte, somos conscientes de que la preocupación y la tensión vivida estos meses por muchos ciudadanos no es cosa de broma. Sin embargo, nosotros no somos analistas geopolíticos ni miembros de un comité de expertos que tenga voz y voto en el juego que perpetran las altas esferas.

Nosotros sólo tratamos de hacer que el día a día de todos los amantes de las olas sea un poquito más entretenido, llevadero y, si se puede, ameno y divertido gracias al surf. Así que esperamos no haber molestado a nadie. ¡Ni tampoco haber dado ideas a algún ‘hacker hater’ de cara a que nuestro verano venga acompañado de un fundido a negro de buenos baños!