Ricky Basnett vivió la gloria del surf profesional; una vez que tocó techo se hundió, y pasó 8 años de su vida sumido en el alcohol y la mala vida. Llegó un momento en el que dijo basta y el surf ha sido su gran aliado para salir del agujero. Jason Hearn ha dirigido esta pieza en la que Ricky explora la parte más salvaje de Sudáfrica.